Economía/ Economía política
Cubamatinal / A modo de preámbulo: Hace muchos años cuando era profesor de la enseñanza postgraduada en un importante instituto de investigaciones -del que no se conservan siquiera las piedras de los cimientos del edificio en que radicaba 1- desarrolle un sistema para inducir el análisis y conclusiones propias por parte de los Residentes Médicos de la especialidad Administración de Salud.
Por Miguel A. García Puñales
En un país donde la definición sobre la materia Economía Política se limitaba a tópicos dogmáticos de manuales de propaganda soviética; era muy difícil dictar un curso donde se comenzara por demostrar que la Economía Política como ciencia histórica no fue construida exclusivamente por Carlos Marx y peor aún; que su principal obra económica, El Capital, desmentía en su tomo tres la principal teoría “demostrada” en el tomo uno: La Teoría de la Plusvalía.
El sistema era bien simple; facilitar las fuentes de información que mediante cotejo y contraste de datos y sus diferentes análisis permitieran al estudiante arribar a sus propias conclusiones, que en casi todos los casos guardaba para sí mismo dado lo “sensible” del tema. Miradas y sonrisas cómplices por parte de los Residentes me permitían retro-alimentar la efectividad del método. Solo que avanzar algo más por ese camino habría sido una actitud suicida.
Algunos conceptos imprescindibles: El esquema de dominio del sistema totalitario comunista pasa indefectiblemente por la creación de un complejo conceptual propio; formado de manera permanente mediante la utilización de todas las fuentes de transmisión de información a la sociedad, es decir, la enseñanza regular y la no reglada, los medios masivos de difusión, la literatura y cuanta manifestación cultural sea posible controlar. De ahí el miedo -como el Vampiro a la cruz- al más importante de todos los sistemas de señales contemporáneos; Internet.
Tan efectivo es el sistema de “formación” por todas sus vías que convierte en irreconocibles las principales trampas y estafas; incorporadas como conceptos subjetivos durante el proceso de formación de ideas por parte de las víctimas.
Los nacionales cubanos difieren entre sí, según su nivel cultural, posibilidades económicas y sobre todo prominencia social (determinada básicamente por la relevancia política del individuo). Sin embargo conservan de forma generalizada paradigmas conceptuales inducidos, con independencia de los elementos que los diferencien a unos con otros.
El área base donde se asientan estos paradigmas conceptuales, pertenece a la esfera de la Libertad Económica.
Recientemente ha sido publicado el estudio “Índice Mundial de Libertad Económica” por Heritage Foundation. Link: Paquete Informativo sobre Índice de Desarrollo Humano
Evaluados a partir de numerosas variables; de un listado de 178 naciones participantes del sistema ONU, Cuba figura en la posición 177. Solo superada negativamente por Corea del Norte en lo referido a libertad económica de la población.
La presente serie de artículos que me permito someter al criterio del lector, aborda básicamente cuatro conceptos imprescindibles; Salario, Impuestos al Salario, Canasta Básica y el Índice de Precios al Consumidor.
Las diferentes partes de la serie pretenden reivindicar la Economía Política como ciencia no necesariamente marxista; utilizando el método histórico-documental de análisis para deconstruir el sistema popular de conceptos económicos inducidos por más de medio siglo de adoctrinamiento estatal cubano y que radica ya en el subconsciente de la población.
Algunos de esos conceptos inducidos motivarían a risa si no estuviéramos hablando de los niveles de miseria y depauperación general de la nación.
Un ejemplo clásico lo constituye la sinonimia improcedente entre los términos, “Libreta de Abastecimientos” (realmente una cartilla de racionamiento) y la llamada Canasta Básica.
La Canasta Básica es considerada por los expertos como el conjunto de productos de primera necesidad y servicios que necesita una familia promedio para subsistir durante un determinado periodo de tiempo -en general por un mes-, ya sean alimentos, higiene, vestuario, salud y transporte, entre otros.
Se utiliza como referencia para fijar el salario mínimo; así como herramienta para monitorear los precios de los principales productos. De esta forma se calculan -con un aceptable índice de certeza objetiva- los resultados económicos del trabajo para la población en la relación final del trabajo con la distribución de los bienes de consumo y los servicios de todo tipo. Es además la principal base de cálculo para los pronósticos sobre algunos fenómenos del mercado como la inflación.
La continua degradación del salario en Cuba
La inmensa mayoría de la población laboral cubana trabaja por cuenta ajena; que en las condiciones de la Isla significa trabajar para el estado.
Si en vez de trabajadores cubanos, el análisis versara sobre los trabajadores estatales de otros países del entorno cercano a Cuba (Estados Unidos) o de ascendencia étnico-cultural (España); nos estaríamos refiriendo a una clase trabajadora considerada en buena posición laboral por trabajar para un empleador estable, que suele aportar beneficios y el respeto a las leyes laborales.
En el caso cubano obviamente no es así. Dar por buenos y afirmar como justos los cambios de la política laboral del estado cubano; es hacer de antemano una concesión a la tendencia del análisis “políticamente correcto”, según el peculiar punto de vista del entramado dictatorial isleño. En la presente serie nuestros argumentos serán demostrados utilizando estudios longitudinales y transversales a partir de la propia documentación oficial del estado cubano sobre el tema.
El salario sigue siendo el principal indicador de vida de la población y no resulta válido sumarle gastos (insuficientes) en sectores como salud y educación. Esos gastos evidentemente tienen como fuente la parte del salario justo, que no se paga a los trabajadores y que el estado ingresa a sus arcas como empresario.
Damos por sentado que el aparato estatal facilita o entorpece la generación de riquezas -según su tipo de gestión administrativa- pero nunca es fuente de por sí de la riqueza misma. El inmenso aparato político-administrativo cubano, sus disparatados planes económicos condicionados por aventuras políticas globales y los altísimos testimonios de corrupción imperantes en el país -desde la cúpula gubernamental hasta la base – constituye un ejemplo de libro de como no se puede dirigir un país. Recomendamos a priori que el amable lector visualice el documental “Fiel Castro”, de Ricardo Vega. Prueba testifical mediante documentales del Noticiero ICAIC sobre cómo el estado cubano no solo NO genera riquezas, sino que las destruye con planes “económicos” propios de orates.
Documental
Uno de los principales argumentos que utiliza el régimen para justificar los ínfimos salarios son los bajos niveles de productividad del país, de los cuales en primera y última instancia son responsables los organizadores de la actividad económica de la nación; es decir el Estado y su cuerpo empresarial en las finanzas, la producción, la comercialización y los servicios.
Los altos niveles de productividad son inalcanzables porque demostradamente en las condiciones de ínfimos índices de libertad socio-económica; la iniciativa se pierde, el incentivo muere y prolifera la marginalidad consolidada de la población nacional.
La madre de todas las trampas salariales: Mediante un acto de prestidigitación propio de Houdini o de Fu Man Chu, el gobierno totalitario cubano hizo desaparecer los registros visibles de Salario Bruto, Salario Neto e Impuestos al Salario.
Aparecieron entonces dos nuevos “conceptos”, a saber; Salario Nominal y “ en Cuba no existe el impuesto al salario” (Continuará)
1- El autor se refiere al Instituto de Desarrollo de la Salud. Disuelto por orden de Fidel Castro el 1 de enero de 1986.
2- Si se desea profundizar más de lo que se abordará en la presente serie se puede acceder al ensayo del mismo autor: Las retenciones y los impuestos al salario en Cuba. 1959-2016 Análisis crítico
Ⓒ Miguel A. Garcia
Ⓒ Cubamatinal (Libre descarga citando la fuente)
3 comentarios en «El timo del salario en Cuba (I Parte)»