Opinión / La puesta en vigor del Título III de la llamada «Ley Para la Libertad y la Solidaridad Democrática Cubanas (Ley Libertad) de 1996″ («Helms-Burton»)
Informar, esclarecer; ése es el reto… y lo que teme el régimen
Cubamatinal / En el supuesto —negado constitucionalmente— de que los cubanos de adentro contaran con información objetiva y pudieran debatir estos dos temas excluyentes pudieran contestarse la pregunta ¿Cuál será el peor para el futuro y su propia existencia como nación?
Por Germán M. González
Bauta, 11 de mayo de 2019 / CM / «Si España no ha querido ser nunca hermana de Cuba. ¿Con qué razón ha de pretender ahora que Cuba sea su hermana?» José Martí
La puesta en vigor del Título III de la llamada «Ley Para la Libertad y la Solidaridad Democrática Cubanas (Ley Libertad) de 1996″ («Helms-Burton») por parte del gobierno estadounidense ha desatado la habitual campaña mediática con las también habituales consignas, tergiversaciones y medias verdades equivalentes a mentiras completas.Así los cubanos saldrán más ignorantes que cuando comenzaron, sucedió cuando la “nueva” constitución, sucede con el tema de la Helms-Burton y sucederá con el aluvión de leyes que aprobarán unánimemente los diputados designados.
Se trata de situaciones excluyentes pues esa legislación cesa su vigencia cuando un Presidente estadounidense certifique que en Cuba existe un gobierno democráticamente electo y se hayan resuelto (devolución, pago o negociación realizada) la mitad de las reclamaciones legalizadas en EE. UU., las cuales representan una pequeñísima fracción de las estatizadas luego de 1959, pues no todas se certificaron en EE.UU., se confiscaron a personas naturales o jurídicas que adquirieron ciudadanía estadounidense o su valor es inferior al límite fijado (50 mil USD) entre otras exclusiones (viviendas, escuelas, hospitales, etc.).
Como la «Ley Helms-Burton» cesa cuando lo haga la actual constitución y sus leyes incompatibles con una elección democrática, la disyuntiva es: librarse de la dictadura “legal” de mandante todopoderoso (primer secretario del partido comunista) o seguimos padeciendo ambos efectos, es decir, el embargo de afuera y el bloqueo de adentro, al menos mientras queden cubanos en Cuba, lo cual tiene un límite matemático por la baja natalidad, la emigración y la biología (nacen pocos, estos pocos emigran y los viejos se mueren).
Esta situación tiene una aspecto bueno y uno malo.
La buena es que si los cubanos de adentro y los cubanos de afuera actúan al unísono dejando de lado temas propios para “después de” un gobierno electo democráticamente puede: declarar impropias las deudas contraídas por el actual gobierno(1), reconocer los derechos universalmente aceptados a los cubanos de afuera y de adentro, y reconociendo lo absurdo e injusto de las expropiaciones realizadas compensarlas acudiendo a múltiples formas(2) para estimular junto con ese reconocimiento, inversiones, tanto de cubanos y sus descendientes como de estadounidenses, sin exclusiones.
La cosa mala es que el partido & gobierno cubano tiene larga práctica para desunir, desinformar, atemorizar, etc. lo cual impediría que lo expuesto antes suceda a pesar de que obviamente nos conviene a todos, los de fuera, los de adentro no importa la posición política o ideológica, excepto si esta es fundamentalista, cada día más escasos.
Informar, esclarecer; ése es el reto… y lo que teme el régimen.
Mientras tanto a los europeos, quienes hasta ayer padecieron a los Kaiser, Hitler, Zares, Stalin, Franco, Salazar, y otros, los Castro y sucesores les parecen “dictadores light” por tanto seguirán el proceso de recolonización liderados por los descendientes de aquellos a quienes José Martí describió magistralmente en su artículo sobre «Cuba y la República española”(3).
(1) Esto tiene su antecedente durante las conversaciones del Tratado de París: el gobierno de EE.UU. y sus asesores cubanos rechazaron que la República asumiera las deudas de guerra contraídas por España. Esto por supuesto solo puede hacerlo un gobierno electo, no designado, que signifique ruptura, no continuidad del desastre.
(2) Exención temporal de impuestos, exclusividades, entrega de bienes inmuebles o no, etc.
(3) La República Española ante la Revolución Cubana. Obras Completas, Edición Digital, t 1 pág. 88-98.
Economista, jubilado. Trabajó en el sector agropecuario cubano, en la parte empresarial durante muchos años.
Columnista en Cubamatinal para las secciones de Economía y Opinión.
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