Señales de tránsito caseras por abandono estatal

Noticias de Cuba/ “Salvar lo que uno pueda”

Via Blanca, frente a la Ciudad Deortiva.-Foto J. Leygonier.
«El 31 de agosto de 2017, por la mañana, ante la Ciudad Deportiva, alguien puso unas ramas y trapo rojo dentro de dos gomas viejas; para avisar a los choferes de un derrame» 
2) Portal de Diez de Octubre 818, año 2013 - Foto J. Leygonier.
Por Jaime Leygonier

Cubamatinal / Las señales del tránsito se caen en La Habana, las tapas de alcantarilla también desaparecen, hay huecos peligrosos con muchos años de edad, las autoridades no se ocupan. Pero algún vecino o transeúnte, toma la iniciativa y hace algo.

La Habana, 8 de septiembre, 2017/CM/ Las señales del tránsito se caen en La Habana, las tapas de alcantarilla también desaparecen, hay huecos peligrosos con muchos años deedad, las autoridades no se ocupan. Pero algún vecino o transeúnte, toma la iniciativa y hace algo.

“Me quedó curioso”– explica satisfecho Julián González, mecánico retirado. – “Era un peligro para los niños de la cuadra y los choferes: Esa esquina llevaba meses sin la señal de ‘pare’ y yo mismo la hice”.

No hay madera, hojalata, ni retazos de tela roja, nadie tiene petróleo, y si lo tiene no lo malgasta, ni estopas, para encender en una lata una llama que prevenga a los choferes durante la noche del hueco o montón de escombros.

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Pero no es infrecuente ver señales de tránsito caseras en postes de esquina de barrio, fabricadas con tapas de barriles, o que alguien arranque ramas, las pare y les amarre una tira de trapo; para prevenir de algún peligro a chóferes o transeúntes.

“La tapa de latón la saque de un montón de escombros, pintura roja, me quedaba un poco, conseguir la blanca me dio trabajo” – agrega González.

Como muestran las fotos, el 31 de agosto, por la mañana, ante la Ciudad Deportiva, alguien puso unas ramas y trapo rojo dentro de dos gomas viejas; para avisar a los choferes de un derrame. Las ramas se desparramaron; pero esa señal funcionaba.

Y en la calle 26, frente al Zoológico, había un registro de alcantarilla sin tapa, del cual sobresalía una rama de framboyán, como advertencia.

J. Fernández, profesor: “Cuando cortaron un árbol del Parque de Santos Suarez y lo dejaron tirado, que sobresalía hasta casi hasta el medio de la calle Zapotes, y justo frente a un bache que era un hueco, sin alumbrado, ‘oscuro como boca de lobo’, llamé por teléfono a la Policía y a los Bomberos y me puse a tratar de parar una rama”.

La mayoría es indiferente a estas situaciones. Otros, de una patada, derriban todo, roban la señal de “pare” caída o la placa con el nombre de la calle y adornan con ella la pared de la sala de su apartamento. Los niños, lo arrancan por juego.

Albañiles y pintores, trabajan en una azotea o cuelgan de un andamio y cierran la acera con cordeles; pero otros no y el transeúnte inadvertido pasa bajo el peligro.

J. Fernández: “No tenía madera, ni clavos, ni tela roja. Paré una rama que calcé con piedras y que se caía. Puse una tira de aluminio; para que reflejara la luz de los faros de los automóviles y no duró cinco minutos, vi, de lejos, a un joven que se llevaba esa chapa de desecho. Entonces puse en el tronco un papel blanco con una tachuela. Vinieron dos policías en auto patrulla, miraron, hablaron, se fueron. Dos o tres noches quedó aquel tronco, atravesado a oscuras,”.

Según González: “La gente está apática, cansada de no conseguir solución; pero quedan personas que piensan en los demás y hacen. Como en un fuego o naufragio: Salvar lo que uno pueda”.

Ⓒ Jaime Leygonier Fernández

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