Números y circunstancias del referendo

Opinión /  Análisis  de una manipulación electoral anunciada 

StalinLosVotos

 

Cubamatinal / La constitución de 1976 establece cuáles son los ciudadanos con derecho al voto (artículo 132º): todos los ciudadanos cubanos excepto los incapacitados mentales (previa declaración judicial) y los inhabilitados judicialmente por causa de delito.La ley electoral en sus artículos seis y siete confirma estas dos condicionantes y añade una más: ser residente en Cuba con dos años de antelación al evento electoral.

Por Germán M. González

Bauta, Prov. Artemisa; Cuba, 28 de febrero de 2019 / CM/ Al no habilitarse colegios electorales para los cubanos residentes en el extranjero en la práctica también se impide su participación; para los que están en misiones oficiales se crearon condiciones en esta ocasión. Resulta evidente la contradicción entre  constitución, ley electoral y la práctica(1).

Según el órgano oficial (febrero 26/2019) hay nueve 9,3 millones de ciudadanos con derecho al voto, cifra ofrecida por la comisión electoral nacional que concuerda con el Anuario Estadístico de Cuba (AEC). Obviamente esta cifra no incluye 1,4 millones de migrantes que continúan como ciudadanos cubanos según el MINREX,es decir, más de 10,4 millones de compatriotas tienen derecho al voto según la constitución de 1976 que se sustituye en referendo pero que aún norma esa acción.

Según la ley electoral los cubanos con derecho al voto serían los 9,3 millones residentes en Cuba menos unos 60 mil reclusos (Granma mayo del 2012) y los incapacitados mentales que según sitios WEB de Educación y Salud son unos 80 mil, esto arroja un aproximado  de 9,1 millones de ciudadanos que deben estar inscritos en el registro electoral lo cual no coincide con las cifras ofrecidas por la comisión de 8,7 millones, es decir, faltan 400 mil personas entre los inscritos en el registro electoraly los 9,1 millones descontados los incapacitados por sanción judicial o incapacidad mental.Debemos acotar que en Cuba el voto no es obligatorio pero la inscripción en el registro electoral es de oficio.

El sistema electoral cubano, al igual que el resto de la sociedad, es obsoleto. La votación se realiza en boletas de forma totalmente manual y se informatiza a partir de la agregación de cifras en la instancia municipal. Si bien en cada colegio electoral la ciudadanía puede legalmente observar el proceso incluido el escrutinio y conocer de inmediato los resultados, tal como ocurre con los  publicitados procesos asamblearios todo se queda ahí mismo, pues no se publican resultados municipales y provinciales hasta que la comisión electoral nacional no lo hace, lo cual suele suceder luego de conocerse los resultados oficiales nacionales varios días después. Como el partido & gobierno no admite observadores internacionales en ninguna instancia y los nacionales solo en el colegio electoral, a partir de ahí es cuestión de fe: creer o no creer en la veracidad de los resultados anunciados.

En esta ocasión, como siempre pero en mayor magnitud, hubo hechos que niegan la esencia misma de un proceso electoral:

  • Propaganda brutal, tergiversación, acusaciones falsas, mucho miedo y chantaje a los electores, etc. por parte del partido & gobierno por todo sus medios —únicos permitidos— y persecución, represión, amenazas, etc. a todo aquel que disienta la de la posición oficial que se encuentran además sometidos al ostracismo. Recordar por los recientes sucesos en la ONU y en la cumbre iberoamericana que los personeros del oficialismo no debaten sino que chillan y escandalizan e insultan para no permitir los argumentos opuestos. Si así lo hacen en el exterior ¿Cómo será al interior del País?

 

  • La propaganda gubernamental se intensificó durante la celebración del referendo: entrevistas a personeros del oficialismo, propaganda en los colegios electorales y hasta en las urnas, vigilancia a domicilios y amenazas, detenciones arbitrarias y citaciones para entrevistas con los órganos represivos, es decir, un proceso intimidatorio que incluyó hostigamiento a familiares de opositores contradictoriamente afines al régimen.

 

  • Las condiciones para la votación fueron inaceptables: lápices en lugar de bolígrafos o marcadores, hostilidad, un agente de la policía política vestido de civil presente, en ocasiones falta de privacidad, reticencia para entregar resultados al finalizar el proceso, y no colocación de resultados en lugares visibles, como está instituido.

La votación alcanzó el 84,4% de los votantes, ligeramente superior al 83% de las elecciones anteriores (marzo/2018), ambas las más bajas desde 1976. El SÍ alcanzó 6.8 millones (87%), igualmente la más baja proporción por una propuesta oficialista. Conociendo la pública y publicitada oposición a la “nueva” constitución de entidades con numerosos integrantes, como la Iglesia Católica, los Evangelistas y otras por  razones a veces opuestas como la de LGTB, sorprende la votación reportada de solamente 706 mil 400 votos por el NO.

La oposición de estos grupos se evidenció por su ausencia total de sus dignatarios a comparecencias, entrevistas, etc. en los medios oficialistas y sus miembros suman varias veces los votos admitidos por el NO. Transitando en un articulado, en almendrón o a pie, en diferentes sitios, la percepción oyendo a los cubanos de a pie era mayor del 9% por el NO. El partido & gobierno debe haber sentido lo mismo cuando realizó una campaña publicitaria inédita por la intensidad y la brutalidad,

 

Todo ello, más la abstención de 16% de los electores registrados (habría que sumarle los 400 mil de diferencia no justificada entre ciudadanos con derecho al voto y el registro ya mencionada) en una contienda donde  se alcanzaron niveles inéditos de controversia, no solo en las redes, sino también en la calle, los centros de trabajo o estudio y hasta en el hogar, despierta suspicacia, una más, sobre la veracidad de los datos que con la mayor exultación proclama la cúpula del partido & gobierno y sus medios de propaganda.

Con los números admitidos tenemos que el NO resultó una cantidad similar a los militantes del partido único, y en Cuba es fácil y hasta ventajoso ser militante y muy peligroso ser opositor. Al sumar las abstenciones, boletas anuladas y en blanco se supera la cantidad de militantes y si consideramos los 1,4 millones de ciudadanos migrantes la triplica. Razón tuvo el partido & gobierno para estar nervioso durante el proceso y más lo estará en lo adelante, cuando tenga que enfrentar la unificación monetaria, la revalorización de la moneda y otras medidas imprescindibles que serán, como dijera Murillo “de gran impacto en la población”; negativo añadiríamos.

(1)Esta contradicción se «resuelve» en la “nueva” constitución que añade otra limitación: ARTÍCULO 205. c) los que no cumplan con los requisitos de residencia en el país previstos en la ley. Y es esta una causa de futura lucha por los derechos de los cubanos cuando se discuta la anunciada nueva ley electoral.

Artículos del Autor 

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Germán M. González

Economista, jubilado.  Trabajó en el sector agropecuario cubano, en la parte empresarial durante muchos años.

Columnista en Cubamatinal para las secciones de Economía y Opinión.

 

© Germán M. González 

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Iglesias evangélicas piden ser reguladas por Estado y educación socialista

Opinión/ ¡Piden que los padres tengan la obligación de educar a sus hijos para comunistas!

 

«…se pide lo posible, no lo que no van a conceder…»  ¿Petición o ejercicio de doblez?

 

Cubamatinal/ Y validan ficción constitucional de la Dictadura al reconocer como serio el show constituyente.

Por Jaime Leygonier.

La Habana, 23 de noviembre, 2018/ CM / En Cuba, “presidentes y representantes” de unas diez denominaciones evangélicas redactaron y entregaron al estado cubano un documento con propuestas de modificación del proyecto de nueva “Constitución”, documento con varias peticiones perjudiciales. Por erróneas…o por infames.

Según Idalia, bautista y firmante: “Exageras, no tiene nada de malo. Puede que algo quedara redactado como dices por la falta de experiencia en ejercer y pedir derechos. Además, se pide lo posible no lo que no van a conceder. Yo confío en mis pastores”.

Los directivos, recogieron firmas de muchos feligreses de sus iglesias para el documento de fecha 1º de octubre, dirigido a “Asamblea nacional del Poder Popular, Comisión Consultiva del Proyecto de Constitución, Lic. Caridad Bello, Oficina de Asuntos Religiosos del Comité Central del P.C.C.-Partido Comunista de Cuba- así como al pueblo de Cuba”.

Obviemos que validan la ficción constitucional, al reconocer como serio el show constituyente de la Dictadura, del cual el pueblo duda o considera pura farsa, según publicaron los obispos católicos de Cuba en su Carta Pastoral sobre el tema.

Pero nadie obvie que estos cristianos no se oponen a que la “Constitución” sea ideológicamente socialista y llame a la “defensa de la Revolución, con las armas si fuera necesario”.

Dos aspectos que si cuestionaron, junto con otros, los obispos católicos. Aunque sin
comprometerse con dar opinión propia ni orientar la conciencia de los fieles.

No olvide nadie que votar por la “Constitución” con modificaciones, es caer en la trampa de o todo o nada” que nos tiende el Estado, quien no aprobará las modificaciones (tal vez algunas, para quedar como democrático o porque le convengan) pero si pregonará al Mundo que “el pueblo y las iglesias aprobaron y apoyan nuestro proceso revolucionario”.

Ya lo hacen: Periódico Granma, 17 de noviembre, primera plana, “Parlamentarios cubanos rechazan resolución europea”; protesta el estado cubano la Resolución de la Comunidad Europea sobre Cuba, y al negar la violación de los Derechos Humanos en la Isla, destaca:

El Parlamento europeo no tiene derecho a juzgar a la democracia cubana, que es genuinamente participativa y popular, como lo demuestra el actual proceso de consulta
popular al que se ha sometido el Proyecto de nueva Constitución de la República”.

Ahora estos cristianos arrollan a paso de conga en esa comparsa del carnaval propagandístico.

Veamos algunas peticiones evangélicas y porque son perjudiciales.

Piden:

Punto1.

El Titulo 1, Fundamentos políticos, articulo 15, párrafo 63: “El Estado reconoce, respeta y garantiza la libertad religiosa”. Proponemos: El Estado reconoce a las instituciones religiosas, respeta sus postulados de fe y garantiza la expresión pública y privada de la libertad religiosa de cada individuo.

Además proponemos añadir a ese párrafo la parte final del artículo 55 de la Constitución vigente: “La ley regula las relaciones del Estado con las instituciones religiosas”.

Aunque parece confuso ese respetar el estado “postulados de Fe” de denominaciones con
doctrinas con postulados opuestos entre sí, parece bueno pretender reconocimiento institucional; pero funesto pedir relaciones con el Estado según ley, cuando significa cargarse con obligaciones sin derechos. Relaciones en que nos consta por experiencia que ninguna institución puede reclamar al Estado que cumpla sus propias leyes; pero está sometida a éstas y según la interpretación arbitraria de los funcionarios de la Dictadura: jueces y parte en toda contradicción.

Pedirlo significa aprobar las iglesias las vigentes relaciones abusivas del Estado, que las somete con dogal al cuello a la Oficina de Asuntos Religiosos del Partido y al Registro de Asociaciones del MInjus (Ministerio de Justicia). Quienes ejercen fiscalización minuciosa e injerencia en sus asuntos internos, hasta el sabotaje de la labor de iglesias e instituciones fraternales masónicas y paramasónicas.

Invalidando la separación Iglesia-Estado, que “reconocen” legalmente. Y de labios afuera,
tanto funcionarios comunistas como los religiosos.

Las relaciones entre el estado y las Iglesias deben basarse en la Ley común, no en leyes
específicas, selectivas, que inevitablemente, bajo nuestro totalitarismo se convierten en
discriminación, medio de chantaje y sometimiento y estorbo al funcionamiento institucional.

Para que las Iglesias se desenvuelvan normalmente y se relacionen con el Estado, basta que el Estado cumpla el principio de que todos somos iguales ante la Ley.

La intervención estatal respecto a las iglesias no debe ser otra que la de cumplir la Ley, común para todos, cuando ésta sea violada. No hace falta una ley para el pastor o sacerdote y otra para los demás ciudadanos.

En el punto 4. Al proponer el derecho a ninguna discriminación por motivos de raza, sexo, etc., los líderes evangélicos no piden abolir la discriminación por motivos de pensamiento político. Aunque el punto 6, propone “la libertad de conciencia, pensamiento y expresión”.

Punto 7, ¡bien!, pide el reconocimiento de la objeción de conciencia.

Punto 8, ¡muy mal!, propone: “se reconoce la libertad de prensa para ciudadanos, instituciones y asociaciones no estatales”, pero anula toda la petición al condicionarla a “según la ley”. Lo cual tendría sentido en cualquier país del mundo libre y aquí significa la persecución de todo el que intente ejercer la libertad de prensa.

Y…(¡toquen fanfarria de trompetas!) ¡“la joya de la corona” de las inconsecuencias del fariseo cubano!:

Punto 14, sobre los deberes de los padres: “Los padres tienen la obligación de dar alimentos a sus hijos/…/educarlos y formarlos íntegramente como ciudadanos, con valores, morales, éticos y cívicos, en correspondencia con la vida en la sociedad socialista”.

En el punto 15, “cuelan el mosquito y se tragan el camello”, cuando solicitan cambiar el orden de la redacción para que la familia vaya primero que el Estado (¿acaso para que la patee mejor?).

Poco importa el orden en esa oración cuando no piden reconocer que la familia tiene derecho preferente sobre el estado a elegir la educación de sus hijos. Sino que ¡piden que los padres tengan la obligación de educar a sus hijos para comunistas!

¿Estos pastores no saben nada de Cuba? ¿No saben nada de Cristianismo, cuyos valores son la antítesis del adoctrinamiento que sufren los niños cubanos a quienes las escuelas y los medios “educan” con propaganda de “valores” anticristianos, para “formar el hombre nuevo”?

¿Pastores que no quieren que nuestros hijos se eduquen en los postulados de Jesús, sino en lo opuesto y piden que: “sean como el Che”, idolatren a “Fidel, que es como nuestro Papá”reciban la “educación sexual” que Mariela Castro impone en las escuelas?

Un pastor Evangélico Pentecostal, me respondió al respecto: “Es que el Gobierno nunca va a renunciar a la educación socialista de los niños”.

¡Bien razonado!: “Si no puedes vencerlos, únete a ellos”.

Sobre el clima social en que se desarrolla este simulacro de nueva Constitución y estos
simulacros de modificarla, el escritor y traductor Armando Soler, opina:

“Nuestra sociedad ha desarrollado una mentalidad de ‘campo de concentración’, son
décadas de precariedad, miedo, vivir en la mentira, que llevan a muchos a abandonar los
frenos morales como estorbos para sobrevivir. No sobreviven los mejores moralmente”.

Según el pastor Pentecostal: “Entre las iglesias que apoyaron este documento están: Iglesia de Dios, Biblia abierta, Convención Bautista de Occidente, Iglesias Metodista, Adventista, Iglesia el Evangelio completo; son como diez iglesias y la mayor participación fue la de la iglesia Asamblea de Dios, su promotora”.

Y agregó: “Muchos dieron sus firmas y hay hermanos que tienen miedo a represalias, a que los expulsen de sus empleos”.

Mi simpatía y mis condolencias a las buenas personas que siguiendo cándidamente a sus
autoridades religiosas, firmaron de buena fe lo que no comprenden. Jeremías, cap. 1, dice: “maldito sea el hombre que confía en el hombre”.

Y en la moda de pedir modificaciones, propongo cambiarle a Jeremías “hombre” por
“pancista”.

Porque no son de hombres sino de “adoradores de su vientre” estas voces de: “¡Vivan las
cadenas!¡Viva el lavado de cerebro a nuestros hijos! ¡Vivan los viajes y las donaciones a los pastores que no sirven a Cristo ni a su pueblo sino a Castro y a sus vientres!»

Y “¡Vivan los directores de iglesias ‘serias’ de los E.E.U.U. que les ‘tiran la toalla’ a semejantes colegas de Cuba, los mercadean como luchadores mártires por la Fe y los miman con viajecitos pastorales!”

Los ambivalentes obispos católicos quedaron muy por encima que quienes se regodean en acusar a la Iglesia católica de ser “la Gran Prostituta” del Apocalipsis. Es cómodo “ver la paja en el ojo ajeno” y es práctico acusar para no ser acusado.

¿Ningún obispo, pastor, ningún líder religioso se atreverá a predicar que un cristiano no puede votar contra su conciencia a favor de la Dictadura, el comunismo y de que le adoctrinen en esos males a sus hijos?

¿Ninguno nos dirá que la moral cristiana y la dignidad más elemental nos obliga, propongamos o no modificaciones, a abstenernos de votar o a votar en contra?

Me parece que “la Gran Prostituta” no es una iglesia específica, sino un cuerpo corporativo con miembros de todas las denominaciones.

Facsímil de las propuestas:

evangelicos3

evangelicos1

evangelicos2

 

Nota: Por escribir de prisa no verifiqué a “Jeremías” y puse “cap. 1”, error de cita por confundir con otro pasaje del cap. 1, si está a tiempo, por favor, borre “cap. 1”, en 3ra. cuartilla, párrafo 3ro., que empieza: “Mi simpatía y mis condolencias”. Sí es “Jeremías”, pero no recuerdo el capítulo; si es tarde para borrarlo, lo correcto sería una notica rectificando, tal vez esta misma en “comentarios”, no se agarren de mi error los fariseos (con nota de “excelente” en recitar Biblia y “suspenso” en aplicarla) para desviar la atención de lo q digo bien dicho y no pueden rebatir. Gracias. Jaime Leygonier.


2) Portal de Diez de Octubre 818, año 2013 - Foto J. Leygonier.

Jaime Leygonier

Periodista independiente, con una amplia producción en diferentes medios de la prensa independiente y el exilio. Escritor, ex profesor (expulsado por sus acciones políticas), fue condenado a tres años de privación de libertad en 1990 por el supuesto delito de “propaganda enemiga”, con anterioridad expulsado de la carrera de Historia en la Universidad de La Habana por no renegar del catolicismo.

Reside en Cuba y se mantiene activo en la prensa independiente, incluido el periodismo de investigación.

© Jaime Leygonier

© Center of Information and Social Studies

© Cubamatinal 2006-2018

La Libertad de Expresión en la Constitución cubana

Fuente/ Primavera Digital en Cuba

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Por Nelson Rodríguez Chartrand

Los Pinos, Arroyo Naranjo, Nelson Rodríguez Chartrand, (PD) El mayor enemigo de las dictaduras, sin lugar a dudas, es la libertad, y dentro de ella, la libertad de expresión. Es a la que más le temen, al punto de que no se cuidan en ocultarlo.

“…Hay que tener presente que antes del periódico están los intereses de la Revolución. Primero la Revolución y después el periódico. Los intereses del periódico deben estar subordinados a los intereses de la Revolución…” Estas fueron palabras dichas por el artífice de la dictadura cubana, Fidel Castro, en el acto de homenaje al periódico “Revolución”, el 25 de marzo de 1961.

Un descarado ataque a la libertad de expresión. “Primero la Revolución y después el periódico”, ¡qué barbaridad!

Como es de suponer, la Constitución cubana fue diseñada bajo estos conceptos anti-libertarios.

El artículo 9 de la Constitución expresa que el Estado, ” encausa los esfuerzo de la nación en la construcción del socialismo”. Éste postulado legitima la imposición por parte del estado de una forma de pensamiento excluyente, lo cual se patentiza en la letra del artículo 53, en virtud del cual, ” se reconoce a los ciudadanos libertad de palabra y prensa conforme a los fines de la sociedad socialista…”

De ello podemos apreciar, en primer lugar, que la única libertad de expresión admitida para los cubanos es aquella coherente con las ideas del socialismo, por lo que contradice la propia esencia de la libertad en general y de la libertad de expresión en particular, lo que contrasta con los principios de libertad que garantizan los pactos internacionales, y en segundo lugar, que el monopolio por parte del Estado de los medios de comunicación sólo garantiza el control de la información y la comunicación por parte de una élite gobernante.

Para garantizar los postulados constitucionales que atentan contra la libertad de expresión, el Código Penal cubano sanciona con penas de tres meses a un año de privación de libertad o multa a aquella persona que confeccione, difunda, haga circular, reproduzca, almacene o trasporte publicaciones sin indicar la imprenta o el lugar de impresión o sin cumplir las reglas establecidas para la identificación de su autor o de su procedencia, lo que demuestra las claras intenciones de los dictadores cubanos de controlar al máximo la libre emisión del pensamiento.

El artículo 144 del tenebroso Código Penal cubano también reprime la crítica a las gestiones y procederes de los gobernantes, al reprimir con penas de privación de libertad de tres meses a un año o multa a quien, amenace, calumnie difame, insulte o de cualquier modo ultraje u ofenda, de palabra o por escrito, en su dignidad o decoro, a una autoridad, funcionario público o a sus agentes o auxiliares en ejercicio de sus funciones. Cuando se trate del presidente o miembros del Consejo de Estado, de la Asamblea Nacional del Poder Popular, o del Consejo de Ministros, la pena de prisión se eleva de uno a tres años.

Esto sólo es concebible en mentes de quienes andan en el camino de la maldad y la injusticia.

nelsonchartrand@gmail.com; Nelson Rodríguez Chartrand
Una página del periódico Revolución.