Opinión/ ¡Piden que los padres tengan la obligación de educar a sus hijos para comunistas!

Cubamatinal/ Y validan ficción constitucional de la Dictadura al reconocer como serio el show constituyente.
Por Jaime Leygonier.
La Habana, 23 de noviembre, 2018/ CM / En Cuba, “presidentes y representantes” de unas diez denominaciones evangélicas redactaron y entregaron al estado cubano un documento con propuestas de modificación del proyecto de nueva “Constitución”, documento con varias peticiones perjudiciales. Por erróneas…o por infames.
Según Idalia, bautista y firmante: “Exageras, no tiene nada de malo. Puede que algo quedara redactado como dices por la falta de experiencia en ejercer y pedir derechos. Además, se pide lo posible no lo que no van a conceder. Yo confío en mis pastores”.
Los directivos, recogieron firmas de muchos feligreses de sus iglesias para el documento de fecha 1º de octubre, dirigido a “Asamblea nacional del Poder Popular, Comisión Consultiva del Proyecto de Constitución, Lic. Caridad Bello, Oficina de Asuntos Religiosos del Comité Central del P.C.C.-Partido Comunista de Cuba- así como al pueblo de Cuba”.
Obviemos que validan la ficción constitucional, al reconocer como serio el show constituyente de la Dictadura, del cual el pueblo duda o considera pura farsa, según publicaron los obispos católicos de Cuba en su Carta Pastoral sobre el tema.
Pero nadie obvie que estos cristianos no se oponen a que la “Constitución” sea ideológicamente socialista y llame a la “defensa de la Revolución, con las armas si fuera necesario”.
Dos aspectos que si cuestionaron, junto con otros, los obispos católicos. Aunque sin
comprometerse con dar opinión propia ni orientar la conciencia de los fieles.
No olvide nadie que votar por la “Constitución” con modificaciones, es caer en la trampa de “o todo o nada” que nos tiende el Estado, quien no aprobará las modificaciones (tal vez algunas, para quedar como democrático o porque le convengan) pero si pregonará al Mundo que “el pueblo y las iglesias aprobaron y apoyan nuestro proceso revolucionario”.
Ya lo hacen: Periódico Granma, 17 de noviembre, primera plana, “Parlamentarios cubanos rechazan resolución europea”; protesta el estado cubano la Resolución de la Comunidad Europea sobre Cuba, y al negar la violación de los Derechos Humanos en la Isla, destaca:
“El Parlamento europeo no tiene derecho a juzgar a la democracia cubana, que es genuinamente participativa y popular, como lo demuestra el actual proceso de consulta
popular al que se ha sometido el Proyecto de nueva Constitución de la República”.
Ahora estos cristianos arrollan a paso de conga en esa comparsa del carnaval propagandístico.
Veamos algunas peticiones evangélicas y porque son perjudiciales.
Piden:
Punto1.
El Titulo 1, Fundamentos políticos, articulo 15, párrafo 63: “El Estado reconoce, respeta y garantiza la libertad religiosa”. Proponemos: El Estado reconoce a las instituciones religiosas, respeta sus postulados de fe y garantiza la expresión pública y privada de la libertad religiosa de cada individuo.
Además proponemos añadir a ese párrafo la parte final del artículo 55 de la Constitución vigente: “La ley regula las relaciones del Estado con las instituciones religiosas”.
Aunque parece confuso ese respetar el estado “postulados de Fe” de denominaciones con
doctrinas con postulados opuestos entre sí, parece bueno pretender reconocimiento institucional; pero funesto pedir relaciones con el Estado según ley, cuando significa cargarse con obligaciones sin derechos. Relaciones en que nos consta por experiencia que ninguna institución puede reclamar al Estado que cumpla sus propias leyes; pero está sometida a éstas y según la interpretación arbitraria de los funcionarios de la Dictadura: jueces y parte en toda contradicción.
Pedirlo significa aprobar las iglesias las vigentes relaciones abusivas del Estado, que las somete con dogal al cuello a la Oficina de Asuntos Religiosos del Partido y al Registro de Asociaciones del MInjus (Ministerio de Justicia). Quienes ejercen fiscalización minuciosa e injerencia en sus asuntos internos, hasta el sabotaje de la labor de iglesias e instituciones fraternales masónicas y paramasónicas.
Invalidando la separación Iglesia-Estado, que “reconocen” legalmente. Y de labios afuera,
tanto funcionarios comunistas como los religiosos.
Las relaciones entre el estado y las Iglesias deben basarse en la Ley común, no en leyes
específicas, selectivas, que inevitablemente, bajo nuestro totalitarismo se convierten en
discriminación, medio de chantaje y sometimiento y estorbo al funcionamiento institucional.
Para que las Iglesias se desenvuelvan normalmente y se relacionen con el Estado, basta que el Estado cumpla el principio de que todos somos iguales ante la Ley.
La intervención estatal respecto a las iglesias no debe ser otra que la de cumplir la Ley, común para todos, cuando ésta sea violada. No hace falta una ley para el pastor o sacerdote y otra para los demás ciudadanos.
En el punto 4. Al proponer el derecho a ninguna discriminación por motivos de raza, sexo, etc., los líderes evangélicos no piden abolir la discriminación por motivos de pensamiento político. Aunque el punto 6, propone “la libertad de conciencia, pensamiento y expresión”.
Punto 7, ¡bien!, pide el reconocimiento de la objeción de conciencia.
Punto 8, ¡muy mal!, propone: “se reconoce la libertad de prensa para ciudadanos, instituciones y asociaciones no estatales”, pero anula toda la petición al condicionarla a “según la ley”. Lo cual tendría sentido en cualquier país del mundo libre y aquí significa la persecución de todo el que intente ejercer la libertad de prensa.
Y…(¡toquen fanfarria de trompetas!) ¡“la joya de la corona” de las inconsecuencias del fariseo cubano!:
Punto 14, sobre los deberes de los padres: “Los padres tienen la obligación de dar alimentos a sus hijos/…/educarlos y formarlos íntegramente como ciudadanos, con valores, morales, éticos y cívicos, en correspondencia con la vida en la sociedad socialista”.
En el punto 15, “cuelan el mosquito y se tragan el camello”, cuando solicitan cambiar el orden de la redacción para que la familia vaya primero que el Estado (¿acaso para que la patee mejor?).
Poco importa el orden en esa oración cuando no piden reconocer que la familia tiene derecho preferente sobre el estado a elegir la educación de sus hijos. Sino que ¡piden que los padres tengan la obligación de educar a sus hijos para comunistas!
¿Estos pastores no saben nada de Cuba? ¿No saben nada de Cristianismo, cuyos valores son la antítesis del adoctrinamiento que sufren los niños cubanos a quienes las escuelas y los medios “educan” con propaganda de “valores” anticristianos, para “formar el hombre nuevo”?
¿Pastores que no quieren que nuestros hijos se eduquen en los postulados de Jesús, sino en lo opuesto y piden que: “sean como el Che”, idolatren a “Fidel, que es como nuestro Papá” y reciban la “educación sexual” que Mariela Castro impone en las escuelas?
Un pastor Evangélico Pentecostal, me respondió al respecto: “Es que el Gobierno nunca va a renunciar a la educación socialista de los niños”.
¡Bien razonado!: “Si no puedes vencerlos, únete a ellos”.
Sobre el clima social en que se desarrolla este simulacro de nueva Constitución y estos
simulacros de modificarla, el escritor y traductor Armando Soler, opina:
“Nuestra sociedad ha desarrollado una mentalidad de ‘campo de concentración’, son
décadas de precariedad, miedo, vivir en la mentira, que llevan a muchos a abandonar los
frenos morales como estorbos para sobrevivir. No sobreviven los mejores moralmente”.
Según el pastor Pentecostal: “Entre las iglesias que apoyaron este documento están: Iglesia de Dios, Biblia abierta, Convención Bautista de Occidente, Iglesias Metodista, Adventista, Iglesia el Evangelio completo; son como diez iglesias y la mayor participación fue la de la iglesia Asamblea de Dios, su promotora”.
Y agregó: “Muchos dieron sus firmas y hay hermanos que tienen miedo a represalias, a que los expulsen de sus empleos”.
Mi simpatía y mis condolencias a las buenas personas que siguiendo cándidamente a sus
autoridades religiosas, firmaron de buena fe lo que no comprenden. Jeremías, cap. 1, dice: “maldito sea el hombre que confía en el hombre”.
Y en la moda de pedir modificaciones, propongo cambiarle a Jeremías “hombre” por
“pancista”.
Porque no son de hombres sino de “adoradores de su vientre” estas voces de: “¡Vivan las
cadenas!¡Viva el lavado de cerebro a nuestros hijos! ¡Vivan los viajes y las donaciones a los pastores que no sirven a Cristo ni a su pueblo sino a Castro y a sus vientres!»
Y “¡Vivan los directores de iglesias ‘serias’ de los E.E.U.U. que les ‘tiran la toalla’ a semejantes colegas de Cuba, los mercadean como luchadores mártires por la Fe y los miman con viajecitos pastorales!”
Los ambivalentes obispos católicos quedaron muy por encima que quienes se regodean en acusar a la Iglesia católica de ser “la Gran Prostituta” del Apocalipsis. Es cómodo “ver la paja en el ojo ajeno” y es práctico acusar para no ser acusado.
¿Ningún obispo, pastor, ningún líder religioso se atreverá a predicar que un cristiano no puede votar contra su conciencia a favor de la Dictadura, el comunismo y de que le adoctrinen en esos males a sus hijos?
¿Ninguno nos dirá que la moral cristiana y la dignidad más elemental nos obliga, propongamos o no modificaciones, a abstenernos de votar o a votar en contra?
Me parece que “la Gran Prostituta” no es una iglesia específica, sino un cuerpo corporativo con miembros de todas las denominaciones.
Facsímil de las propuestas:
Nota: Por escribir de prisa no verifiqué a “Jeremías” y puse “cap. 1”, error de cita por confundir con otro pasaje del cap. 1, si está a tiempo, por favor, borre “cap. 1”, en 3ra. cuartilla, párrafo 3ro., que empieza: “Mi simpatía y mis condolencias”. Sí es “Jeremías”, pero no recuerdo el capítulo; si es tarde para borrarlo, lo correcto sería una notica rectificando, tal vez esta misma en “comentarios”, no se agarren de mi error los fariseos (con nota de “excelente” en recitar Biblia y “suspenso” en aplicarla) para desviar la atención de lo q digo bien dicho y no pueden rebatir. Gracias. Jaime Leygonier.
Periodista independiente, con una amplia producción en diferentes medios de la prensa independiente y el exilio. Escritor, ex profesor (expulsado por sus acciones políticas), fue condenado a tres años de privación de libertad en 1990 por el supuesto delito de “propaganda enemiga”, con anterioridad expulsado de la carrera de Historia en la Universidad de La Habana por no renegar del catolicismo.
Reside en Cuba y se mantiene activo en la prensa independiente, incluido el periodismo de investigación.