Cartas a Ofelia / Crónicas coleccionables

Cubamatinal / París, 20 de mayo de 2018.
Querida Ofelia:
Acaba de ser editado en Francia mi libro de crónicas N° 40 de la Serie “Cartas a Ofelia” con el título de “Desde las orillas del Sena” (Tomo XX). Contiene 75 crónicas escritas en español, francés e italiano en 490 páginas.
Puedes encontrar todas esas crónicas y los 39 libros en mi sitio web www.cartasaofelia.com cuyo webmaster es el ingeniero don Leonel Mena Valdés.
Gracias al historiador cubano don Ferrán Núñez, director de El Diario de la Marina, se pueden leer todas las crónicas en su sitio webhttps://eldiariodelamarina.com/ y también descargar gratuitamente en Google Drive cuarenta libros que reúnen todas las crónicas que he escrito desde mayo de 1981 hasta agosto de 2018 en español, francés e italiano en la siguiente dirección:
Todos los libros se pueden encontrar también en el sitio web de Bibliocuba, gracias a su director don Miguel Ángel García Puñales, historiador y sociólogo cubano, presidente de la ONGD Ceninfec (Centro de Información y Documentación de Estudios Cubanos):
https://bibliocuba.net/ediciones-bibliocuba/cronicas-coleccionables-libros-cartas-a-ofelia/
Desde Miami las ha publicado don Roberto A. Solera director de Cuba en el Mundo, en www.cubaenelmundo.com
Te envío el prólogo que escribió mi querido amigo de infancia Antonio Valdés:
“Camajuaní, 10 de mayo de 2018.
Mi querido y viejo amigo,
Es la primera vez en mi vida que escribo algo que se va a publicar, por tal motivo, te ruego que lo revises antes.
Es un gran placer leer tus Cartas a Ofelia. Quiero que sepas que mi hija Susanita – que vive en Barcelona, donde está casada con un catalán y tiene dos niñas que son los luceros de nuestros ojos – me las graba y cuando viene me las trae, por lo cual, tengo todos tus libros en CD.
A Josefina le apasionan las Cartas en las que cuentas sobre libros, películas, museos, etc.
Me interesan mucho las Cartas donde narras tus viajes y sobre todo tus memorias de infancia en nuestro terruño. Tienes una memoria de elefante, pues me has hecho recordar muchas anécdotas de nuestra infancia, de las cuales había olvidado algunos detalles.
Resulta que los vecinos y amigos vienen a casa para poder leer tus Cartas a Ofelia en la pantalla de mi ordenador, lo que causó que la “compañera” presidenta del C.D.R. se apareciera un día y me dijo textualmente: “Tu casa es un centro de diversionismo ideológico”. Le pregunté por qué y ella replicó: “Aquí la gente viene a leer cartas gusanas que te trae tu hija”. Podrás imaginar cómo me puse. Recuerdo que le respondí: “Si leyeras las Cartas a Ofelia de Félix José, un guajiro como tú y yo nacido en este pueblo, te enterarías de que El Museo del Louvre no está en la acera que va desde San Rafael a Neptuno en La Habana y, que El Museo del Prado no está en Prado y Malecón.”
Me dejó tranquilo y tus Cartas a Ofelia se han hecho populares en el pueblo, pues muchos han venido a copiarlas en CD o llaves USB.
Paso mis tardes leyendo, sentado en el sillón del portal, con una penca en mano para coger un poco de fresco, como hacían mi padre y mi abuelo.
En este pueblo después de que desaparecieron muchos lugares, todo quedó paralizado, nada cambia, todo se vuelve en esperar, pero me pregunto ¿Qué podemos esperar?
Mis hijos Julita vive en Panamá y Tony en Tampa, por lo que puedes imaginar que no nos falta nada material. Solo nos falta algo que tú disfrutas en Francia y como bien escribiste, vale más que todo el oro del mundo.
Si volvieras algún día a nuestro terruño, ya no podríamos bajar la loma del tanque del acueducto en bicicleta, ni podríamos ir a la piscina y a comer mangos a la finca de los Riestra, tampoco a las matinés dominicales del Cine Muñiz después de haber comprado salvavidas y africanas en El Gato Negro. Los batidos de leche malteada del Café Cosmopolita ya no existen, el edificio se derrumbó. Tampoco podríamos ir a los bailes de Patio Club, el que dejó de existir como El Super Bar y la Cafetería de Policart. Te repito que cuando escribes sobre todos esos lugares me entra una gran nostalgia.
Quizás no sepas que las sepulturas de mis abuelos, padres y muchas otras personas en el cementerio judío – que aquí llaman de los turcos – fueron profanadas, se robaron las lozas que las cubrían y sacaron los restos aparentemente buscando objetos de valor. Es dramática la caída de los valores morales que nuestros padres nos enseñaron.
Sigue escribiendo tus Cartas a Ofelia, pues es un gran homenaje que rindes a tu querida madre, la cual recuerdo siempre cuando iba al despalillo de tabaco junto a mi madre, ambas con sus bellas sombrillas para protegerse del sol. Que ambas descansen en paz por la eternidad.
Tus cartas nos traen un aire diferente, nos permiten “respirar”.
Un gran abrazo desde nuestro querido terruño, también de parte de Josefina,
Antonio. »
Desde las orillas del Sena. Tomo XX. Número 40 de la Serie “Cartas a Ofelia” Depósito Legal, mayo de 2018. © Versión PDF para la web y edición en papel; diseño, maquetación, montaje y foto de la portada: Félix José Hernández Valdés. Editado en París, mayo de 2018. Foto de la portada: Iglesia Saint Germain l’Auxerrois, París.
Te deseo un porvenir lleno de: paz, amor, salud y Libertad, en unión de tus seres queridos y… ¡Qué Dios te bendiga!
Un gran abrazo desde la espléndida Ciudad Luz,
Félix José Hernández.