Economía/ Economía Política de la Salud
Cubamatinal/ Según la pagina de la compania de seguros AXA ; «Japón se sitúa entre los países con mejor sistema sanitario del mundo. Los residentes japoneses pueden optar entre una asistencia médica pública, de gran calidad, o escoger entre los muchos hospitales y clínicas privadas»
Otros datos aportados por la aseguradora: «En comparación con Europa o Estados Unidos, la sanidad en Japón ofrece el triple de hospitales por cada 1.000 habitantes. La eficacia de su gestión médica ha evitado la bancarrota sanitaria, tan presente en países de Occidente.
- La mayoría de la población japonesa está afiliada a un seguro de salud pública. Gracias a él pueden sufragar, como mínimo, el 70% de la factura médica. Las primas del seguro público varían de 0 a 50.000 yenes mensuales, en función de los ingresos familiares.
- Para los medicamentos que requieren copago, así como partidas de gastos no cubiertos por la sanidad pública, los japoneses suelen recurrir a seguros privados, normalmente contratados a través de su empresa.
- Casi todos los trabajadores extranjeros tienen cobertura sanitaria a través de un seguro de negocios, bien sea una póliza privada contratada por el propio trabajador, o bien por medio de la empresa donde esté empleado.
Precios
Los tratamientos médicos japoneses son de excelente calidad, que se ve reflejada en sus elevados precios. No disponer de seguro médico implica afrontar las siguientes tarifas:
- Consulta médica general: 5.000 yenes (45 Dolares)
- Tratamiento dental: 10.000 yenes (90 Dolares)
- Ingreso y estancia en hospital: 300.000 yenes (2.707 Dolares)
- Operación de apendicitis: 400.000 yenes (3.609 Dolares)
Seguro de Salud Nacional
- El Seguro de Salud Nacional (‘Kokumin Kenko Hoken’), ofrece cobertura sanitaria para ciudadanos de otros países que no tengan el estatus de estancia de corto plazo.
- Deben inscribirse en este seguro aquellos extranjeros afiliados al registro de extranjería, con el estatus de residencia de un año o más, y que no estén inscritos en el seguro de salud del lugar de trabajo.
- La inscripción se puede hacer en la misma municipalidad donde se realice el registro de extranjería. En caso de inscribirse en otro seguro de salud, hay que avisar a la sección correspondiente en un plazo de dos semanas.
- El Seguro de Salud Nacional conlleva el pago de una prima, cuya cantidad varía en función del municipio de residencia. El total se determina en base a la declaración anual de la renta. En el primer año de estancia en Japón, al no existir ingresos del año previo, se carga una cantidad mínima.
- Los suscriptores del Seguro Nacional de Salud solo pagan entre el 20 y el 30% de los gastos médicos, dentro de los tratamientos que cubre la póliza. Cualquier gasto no estipulado se debe abonar en su integridad.
Seguro Social de Salud
- El Seguro Social de Salud ‘(Shakai-hoken / Kenkohoken’) es la póliza habitual entre las empresas japonesas. El empleado y su familia pueden beneficiarse de su cobertura.
- Al contrario que con el Seguro de Salud Nacional, el Seguro Social de Salud corre a cuenta del empleador, siendo la empresa la encargada del procedimiento de solicitud y del pago de la prima.
- El Seguro Social de Salud ofrece grandes descuentos en los gastos médicos del trabajador. Gracias a él, el empleado solo tiene que abonar el 20% de la factura médica. Por su parte, los familiares del asegurado pagan un 30% de la factura».
Japón: Salud y Control de Enfermedades

Cubamatinal/ Japón cuenta con uno de los servicios de atención sanitaria más avanzados del mundo. La universalización de la sanidad aprobada en el año 1961 y la eficacia de las inversiones que año tras año realiza el estado japonés han logrado que el país asiático se encuentre a la vanguardia mundial de la cobertura médica y la esperanza de vida de sus habitantes.
Según la publicación StudyCountry.com (Guía de países): «Un dato que ejemplifica a la perfección este cuidado del estado japonés por los servicios sanitarios es que, en el país nipón, la tasa de hospitales por habitante triplica la existente en Estados Unidos o la mayor parte de países de la Unión Europea. El cuidado en la gestión del capital invertido, además, ha evitado que el sistema se haya colapsado durante la crisis económica mundial que se inició en 2008, que llevó a muchos países a tener que reducir la calidad de su sistema público sanitario por falta de liquidez. Los pilares de este eficaz sistema son básicamente dos; el ‘Sistema de seguro de asistencia médica público universal’ y el ‘Sistema de libre acceso’.
El ‘Sistema de seguro de asistencia médica público universal’ obliga a todos los residentes a estar inscritos en alguno de los programas de asistencia médica. Este requisito asegura, por lo tanto, que todas las personas que están en Japón posean cobertura médica.
Los ciudadanos japoneses y los extranjeros pueden afiliarse a uno de los seis programas de seguros existentes, siendo dos los más utilizados.
El seguro de enfermedad para trabajadores cubre a la mayor parte de los empleados en el sector privado, es decir, a los trabajadores de las empresas. El seguro nacional de enfermedad, por su parte, es aquel que dota de cobertura médica a los jubilados, los autónomos, los parados y otros sectores de la población que no reúnen los requisitos del seguro de enfermedad para trabajadores.
Los programas restantes están destinados a algunos sectores concretos, como los funcionarios de la administración local, los miembros de la marina o los trabajadores de la educación privada.
El segundo pilar del sistema japonés es conocido como el ‘Sistema de libre acceso’. Este método hace que cada residente pueda escoger libremente su hospital y su médico. Esto hace que todos las personas tengan oportunidad de acceder a los centros médicos, independientemente de cuál sea su lugar de residencia.
En este sentido, el gobierno japonés está estudiando fórmulas para reforzar la cobertura médica de las zonas más aisladas, como los pequeños pueblos de montaña, donde es más complicado acudir a un hospital.
A pesar del buen funcionamiento de la sanidad pública, es cierto que los japoneses poseen un sistema de copago, que hace que los ciudadanos tengan que pagar entre el 10 y el 30 por ciento de los costes de los servicios. Los seguros de salud pública cubren, por lo tanto, el 70 por ciento de la factura médica como mínimo. El porcentaje restante suele ser cubierto por los seguros privados (contratados a través de las empresas), mientras que las primas del seguro público pueden cubrir entre 0 y 50.000 yenes mensuales, dependiendo de los ingresos que posea cada familia.
Este sistema de copago establece un máximo anual que depende de los ingresos y la edad de los pacientes, si bien aquellas personas que carecen de unos ingresos mínimos pueden acceder a la sanidad pública de manera totalmente gratuita. Así, la norma establece las siguientes cifras: el 20 por ciento de los gastos médicos correrán a cargo de los beneficiarios si son recién nacidos o niños en edad preescolar; los gastos ascenderán al 30 para las personas que tengan entre la edad de un niño de primaria y los 69 años; y las personas que tengan entre 70 y 74 años regresarán al 20 por ciento.
Todos los mayores de 75 años poseen lo que se conoce como Sistema de Atención Médica de Longevidad, por el cual la aseguradora remunera posteriormente a los centros médicos y doctores por los servicios prestados. En cuanto a los riesgos locales de enfermedad, el ejemplo más claro es el de la encefalitis japonesa. Esta enfermedad vírica se contagia por la picadura de un mosquito, y los brotes suelen aparecer en zonas rurales. Los síntomas no suelen aparecer en la mayor parte de las personas infectadas, sin embargo, esta enfermedad puede llegar a ser letal.
La enfermedad de Lyme, transmitida por garrapatas, también supone un riesgo para la población en Japón, aunque es necesario recordar que el riesgo de contraer esta enfermedad no es mayor que en la mayor parte de los países de Europa o Norteamérica. Las precauciones a la hora de prevenir esta dolencia se basan, principalmente, en el uso de repelentes durante acampadas o excursiones al campo o el llevar ropa de manga larga.
Existen también casos esporádicos de enfermos de rabia, que han contraído esta enfermedad tras ser mordidos por murciélagos, de leptospirosis (especialmente en las zonas de Okinawa, Iriomote o Ishigaki) o trematodos. El saneamiento y la higiene de los sistemas de canalización de agua o el transporte de alimentos son buenos, propios de los sistemas avanzados. Conviene tener precaución en determinadas zonas rurales, ya que el agua podría no haber recibido el tratamiento adecuado, pero por lo general los riesgos en Japón son los mismos que en cualquier otro país del denominado Primer Mundo.
No es necesaria ninguna vacunación especial para realizar un viaje a Japón. Sin embargo, las autoridades sanitarias recomiendan tener actualizado el calendario de vacunación como en cualquier otro tipo de viaje, prestando especial atención a las vacunas contra la difteria y el tétanos (sobre todo si se tiene la intención de visitar o residir las zonas más pobres del país)».