Opinión/ Por no alejarse del platico de comida y por miedo a la calle y al chancletazo del amo
Cubamatinal/ Todo debe ser autorizado, es decir, prohibido por los controladores de nuestra vida, tal es la mentalidad oficial que tras prometernos desde 1959, “vida mejor”, “en el futuro”, nos hunde y destruye vida y futuro.
Por Jaime Leygonier
La Habana, 11 de abril, 2018/CM/ En la eterna minoría de edad que nos imponen los amos, deciden todo por nosotros, por nuestro bien. Particularmente, que podemos o no oír, conocer, pensar o decir. Para lo cual descansan en su monopolio de la información.
Por eso acosan a los periodistas independientes, se gastan un dineral en interferencia a señales de radio del extranjero y están de pataleta con las perspectivas de libre Internet, que no podrían interferir.
Natural que los periodistas oficialistas, monaguillos de esa mentalidad cuyos sacerdotes son los castro-saurios, acusen periódicamente de falta de profesionalidad a los periodistas independientes.
Pero si un día de borrachera se les escapara ser justos…podrían:
1-Abogar porque nos den cursos de periodismo.
2-Escribir ellos con veracidad sobre la realidad nacional, para que puesto que dicen que escriben bien y nosotros mal, el público los prefiera a ellos y no a nosotros.
Arrinconados, por nuestra ineficiencia, seremos sus lectores y nos alegraremos de que otros mejores digan las verdades y se busquen la represión.
3- Respetar nuestro derecho humano a la libre expresión y el derecho del público a la información y a leernos o no. Los lectores, que nos buscan y rechazan a la prensa oficial, son los únicos jueces de quién escribe bien.
4 -No lamentar nuestras deficiencias, puesto que si fueran tantas, la gente no nos leería.
5- Como somos inferiores, darnos el derecho de réplica en sus espacios, para apabullarnos ante el público, cuando los “amateurs” queramos contradecir a los “profesionales”.
5.-No dárselas de superiores; porque, aparte de que no escriben periodismo, sino propaganda, son realmente malos en su oficio: Redactan confuso y viven en guerra “revolucionaria” contra la Gramática y el idioma, y toman vocabulario del “enemigo”: de las malas traducciones del Inglés.
6 -Tener vergüenza y no dárselas de que defienden la Patria, mientras callan sus males y glorifican a los tiranos. Y si no pueden decir la verdad, porque no los dejan quienes mandan, pues tengan la vergüenza de no mentir: Escriban sobre Filatelia, curiosidades, etc.
7- No envidiarnos, que eso es feo. Parecen esos falderitos encerrados, que desde atrás de una reja y a la sombra del amo, ladran a los perros callejeros, cuya libertad con hambre y sarna, en el fondo, envidian.
Sin atreverse a imitarlos; por no alejarse del platico de comida y por miedo a la calle y al chancletazo del amo.
Con la inexactitud en la comparación de que los falderos son leales a sus amos y los oficialistas fingen creer en lo que, hoy, nadie puede creer, con lealtad tan falsa como las informaciones que publican.

Periodista independiente, con una amplia producción en diferentes medios de la prensa independiente y el exilio. Escritor, ex profesor (expulsado por sus acciones políticas), fue condenado a tres años de privación de libertad en 1990 por el supuesto delito de «propaganda enemiga», con anterioridad expulsado de la carrera de Historia en la Universidad de La Habana por no renegar del catolicismo.
Reside en Cuba y se mantiene activo en la prensa independiente, incluido el periodismo de investigación.