Religión / Carta abierta

Cubamatinal / La Iglesia de Cuba dice «amén» al relativismo moral e irrespeta su deber de seguir el Magisterio cuando en publicación que leen todos los católicos de Cuba enseña que los comunistas son miembros de la Iglesia.
Carta abierta:
La Habana, 25 de febrero de 2020.
Sr, Director, Revista del Arzobispado de La Habana, “Palabra Nueva”:
Para Ud. y el Arzobispo de La Habana, Su Excelencia Reverendísima, cardenal Juan de la
Caridad García Rodríguez. Tal vez, como católico y como periodista se sienta Ud., motivado a tratar el tema para el que supongo me vedarán espacio a mí. Tal vez el Arzobispo, en cumplimiento de su deber de conservar pura la doctrina le ordene a Ud., tratar el tema.
Gracias.
Jaime Leygonier Fdez
Su Excelencia Reverendísima, Cardenal Juan de la Caridad García Rodríguez, Arzobispo de La Habana, bajo cuya licencia eclesiástica publican “Vida Cristiana» y responsable por tanto de autorizar esta publicación de errores de doctrina:
Superior de la Compañía de Jesús en Cuba, R. P. Juan Miguel Arregui:
Director de: «Vida Cristiana«: R. P. Eduardo García Tamayo, S.J.:
Sr. Julio Pernús, laico periodista:
Otra vez solicito ejercer mi derecho a réplica en espacio de la publicación «Vida Cristiana«, para responder a enseñanzas doctrinal y moralmente erróneas, contrarias a las del Magisterio de la Iglesia sobre el Comunismo, claramente expresado en documentos de siete papas.
Replicaré con la doctrina correcta al mensaje de relativismo moral «La Iglesia es de Todos”, artículo de opinión bajo la firma de Julio Pernús, en el número del 16 de febrero del 2020, autorizado por su Director R.P. García Tamayo y bajo licencia eclesiástica del Arzobispo de La Habana.
El articulo confunde moralmente al pueblo de Dios, ya sobrado confundido por el espectáculo de comunistas que ocupan puestos de dirección administrativa y espiritual en instituciones católicas, sin dejar de ser obedientes a su grupo político y por tanto de respaldar doctrinas y acciones anticristianas y en deber como militantes de ser intolerantes con la expresión de ideas opuestas, apoyar su represión y enfrentarlas como informantes.
Peor, rara vez creen en la doctrina comunista, sencillamente se les acabó el obtener beneficios del depauperado Estado y “se pegaron al jamón» de la Iglesia. No hablo del converso sincero, que tiene que empezar por abandonar cualquier grupo e ideología de doctrina violenta y opuesta a la Ley de Dios, sin obrar con la «doble moral» de pretender
recibir a Cristo y pertenecer a lo anticristiano.
J. Pernús , confunde so pretexto de predicar tolerancia y acogida a quienes vienen sin dejar «el hombre viejo». Se enternece con la idea de pertenencia a la Iglesia de comunistas y de opositores, acogidos por igual, cuando la verdad es que los primeros están excomulgados y los opositores somos discriminados por ustedes los pastores en el seno de nuestras comunidades.
O ¿cuántos comunistas, de hecho gobiernistas arribistas, medran en puestos en la Iglesia y cuántos opositores son empleados en la Iglesia, así sea limpiando inodoros?. Comunistas, muchos, opositores, cero, o ¿díganme cuántos?
El Sr. Pernús y el director, Pbro. García Tamayo, acostumbran esos mensajes politiquero-«religiosos», estilo pulpo enredado en un plato de espaguetis con almíbar de corazoncitos amorosos. Miente Pernús, que los comunistas pueden ser parte de la Iglesia sin abandonar ese grupo político.
Decidieron conmemorar así el «Día de la justicia social«, con la injusticia de mentir que la
Iglesia tiene la misma “sonrisa amorosa” para opositores y comunistas, cuando practica la discriminación laboral y social favorable a los gobiernistas y negativa a los opositores.
Es inmoral tratar en el mismo plano de “respetemos todas las ideas” al católico expulsado de empleos, acosado en sus niños pequeños y familia, criminalizado, por pensar u obrar contra una dictadura destructiva y al pseudo-católico que por acción u omisión apoya ese acoso y represión de la Dictadura que controla férreamente a toda la vida social y económica, incluida la de la Iglesia.
“Vida Cristiana” y los obispos cubanos demuestran la falsedad de su “neutralidad” al condenar al silencio la carta de los tres sacerdotes al general Raul Castro, sobre los males de Cuba, en vez de apoyarlos. Y al padre Conrado, arrinconado.
Tres sacerdotes salvaron el honor de la Iglesia que deshonran “los sabios a sus propios ojos según el Mundo”, los tres son como “el remanente del pueblo de Israel que no dobló su rodilla ante Baal” y los “ningunean” los rodillas flexibles “tolerantes con todas las ideas” .
Una verdadera apoliticidad es imposible en Cuba, dado que la Dictadura politiza toda la vida social y personal. Vergonzoso comparar el actuar social del clero cubano con el de Venezuela y Nicaragua.
Hay muertos de quienes es más caritativo callar; dejen ante el Justo Juez, la sonrisa “para
todos”, oprimidos y opresores, parálisis facial del alma del cardenal Jaime Ortega. Los templos vacíos muestran los resultados de esa sonrisa.
Pernús, narra que su abuelo combatió a una dictadura y luego apoyó a otra más destructiva, pese a que lo encarceló, no aclara el motivo. Muchas buenas personas creyeron en el carismático Castro, conocí veteranos de la lucha clandestina que decían: “Yo no luché para esta m…”. Y en Diez de Octubre, en una asamblea de “la Casa del Combatiente” se negaron en masa a participar en los “mítines de repudio” y “vigilancia revolucionaria” contra el Dr. Darsi Ferrer.
En Cuba sufrimos un “Síndrome de Estocolmo” masivo, amor al secuestrador y violador,
sesenta años de propaganda logran el lavado de cerebro, la realidad inculca la “indefensión aprendida”. Y la cárcel hace rebeldes o los “reeduca”.
Por ello es dañino justificar la “doble cara” con los mandatos de Cristo, quien amoroso con los pecadores, no con el pecado, predicó severo contra los hipócritas.
Ya en «Vida Cristiana» y «Palabra Nueva» me negaron la rectificación y el derecho a réplica, por dos casos de difamación mediante libelo a grupo social: La ofensa a los disidentes de Julio Pernús con respaldo del director, Pbro. García Tamayo y la ofensa al grupo de presos políticos de “los 75″: “Neutralidad eclesial” de Mons. Serpa, obispo de Pinar del Rio, cuando en entrevista publicada en la Revista, negó su condición de presos políticos y ofendió a “los 75” diciendo sin fundamentar: “algunos no son políticos sino delincuentes comunes».
También se negaron a mi derecho como laico a gestionar ante tribunal eclesiástico estos
delitos de difamación y otros, como presunto robo y mala administración por el párroco Luis Alberto Formosa. “David Copperfield” que esfumó muebles, imágenes y, en la Capilla de la Caridad, exvotos de oro y plata, cadena y medalla de oro que valdría más de $10 000 dólares y !hasta la campana!
Conclusión: Para no darles a ustedes pretexto a negarme la réplica por el tono, no será el que leyeron hasta aquí, ni el mucho más severo de los profetas y de Cristo. Me ceñiré a explicar con la mayor moderación posible lo que dicta el Magisterio de la Iglesia, la moral cristiana relativa al caso, la Biblia y la doctrina de los manuales comunistas.
Para que cuando me nieguen de nuevo el derecho, con sus silencios acostumbrados,:“modus operandi” con que destruyen la Iglesia a escándalos, resulte que no me aplican su censura de prensa a mí, sino a la Biblia, al Magisterio de la Iglesia, en deber ustedes de seguirlo y conservarlo. y a los papas, con falta a su voto de obediencia al Papa y de conservar el Magisterio.
De todas formas, publico independiente: Google hace inútiles sus silencios y los convierte en lápiz rojo que resalta el encubrimiento.
Que Dios los bendiga
Jaime Leygonier Fdez, feligrés de Jesús del Monte.
Articulo respuesta referenciado:
La Iglesia no es de todos sino de quienes eligen “nacer de nuevo”
Todos estamos invitados al banquete del Señor, pero a quien no vaya con “el vestido de
fiesta” ordenará: “échenlo afuera, a las tinieblas”
En el número de “Vida Cristiana” del 16 de febrero, artículo “La Iglesia es de todos”, el autor expuso opiniones personales que necesitan explicación para que no confundan. La Iglesia como “Madre”, abre a todos las puertas de sus templos, sin importar sus ideas y conductas contrarias al Camino de la Salvación, del cual Cristo nos dice en la Palabra: ‘”es estrecho”.
También nos dice: “No vine a los sanos, sino a los enfermos”. Acojamos a todos con amor y respeto, que tengan la oportunidad de convertirse al escuchar la Palabra de Dios y las
enseñanzas de la Iglesia, abandonar “el hombre viejo” y “nacer de nuevo” como miembros de Cristo, como parte de la Iglesia, el Cuerpo Místico de Cristo. Pero para “ser parte” de la Iglesia, no podemos mezclar las cosas de Dios con las que Dios reprueba en su Palabra, La Santa Biblia: “Yahveh Dios es un dios celoso”: Por nuestro bien nos quiere completa y totalmente entregados a Él, pues divididos en lealtades contrarias, seriamos desleales a una de ellas o a ambas.
Podrán ser muy buenas personas, amar a Dios y sentirse bien en la misa personas con creencias que mezclan dioses africanos con santos católicos, o espiritistas o pertenecientes a grupos políticos con doctrinas violentas condenadas por la Iglesia. Pero a la larga, para pertenecer al Cuerpo de Cristo, tendrán que elegir y desechar “al hombre viejo”. No podemos imponer a Dios, que nos acepte aunque hagamos las cosas que no son de Dios, para practicar una Fe “a mi manera”. No podemos obligar a nadie a cambiar su conciencia y nadie puede obligar a cambiar a la Iglesia para que niegue los mandamientos de Dios.
Los “renglones de la libreta«, para que no “escribamos torcido”, están en la Biblia: Palabra de Dios, sus Mandamientos, y en la Enseñanza de la Iglesia.
Dirán: “Es buena persona, pero tiene ‘hecho Santo:, una :bóveda espiritual’ y quiere comulgar”. No puede, porque el Primer Mandamiento dice: ”No tendrás otro Dios ante mi” y la Palabra repite que “Yahveh es un Dios celoso» y en Levítico 19, 11:”No os volveréis a ídolos/…/v.31-sic:No os volváis a encantadores ni a los adivinos, no los consulteis, contaminandoos con ellos/…/y la persona que atendiere a encantadores y adivinos/…/Yo pondré mi rostro contra esa persona y la cortare de entre el pueblo.”
Dirán de otro: “¿Por qué no puede comulgar?. Pertenece a un grupo político que promulga la justicia social mediante métodos violentos, doctrinas contrarias a lo que manda Dios, pero es buena gente y además no cree en ese grupo, sigue perteneciendo; porque si se da de baja se perjucaría en el trabajo”.
¿Comulgar, respaldando con su membresía doctrinas anticristianas por acción o pasivamente? ¿Perteneciendo por conveniencia o temor a algo en que no cree? Levítico 19 y sic: “Sed santos, porque Yo, Yahveh, soy Santo/…/no hurtareis ni mentireis ni engañareis uno al otro /…/ v.13: No oprimirás a tu prójimo”.
¿Conveniencia? “Deja todo lo que tienes y ven y sígueme -dijo Jesús al joven , que tras oír
esa invitación se marchó triste; porque era muy rico- No se puede servir a dos señores. A
Dios y a la riqueza”.
Hay que elegir a Cristo o al Mundo. Se engañará o engañará a otros, pero no engañará a
Dios, aquel que con un pie en el Camino estrecho de la Salvación, diga que sigue a Jesús y
que es parte de su Iglesia mientras clava su otro pie en el camino ancho que lleva a la
perdición, por contrario a las enseñanzas de Jesús.
En los casos mencionados de personas que quieren unirse a la Iglesia y conservar prácticas de otras religiones o ideologías y membresías políticas incompatibles con el Camino de Jesús, es deber acogerlos y que el sacerdote los guíe, instruyendolos para que resuelvan sus contradicciones.
Aunque en Cuba, criticar la ideología política oficial constituye delito, ¿renunciará el
sacerdote a guiarlos por temor o mal entendida cortesía? ¿Dará indebidamente el Bautismo y la Comunión, profanando los sacramentos?
Es el caso de los comunistas que se acercan a la Iglesia, pues esa doctrina fue criticada y
condenada por siete papas y sus militantes están bajo excomunión. Excomulgado significa excluidos del Cuerpo Místico de Cristo, de la Iglesia.
Los papas que emitieron esas críticas o condenas que puede el lector encontrar en las
bibliotecas parroquiales y en algunas públicas, fueron: Pío IX (1846) Pío XI,Encíclica Divini Redemptoris (1937) más 5 protestas por la persecución y ejecuciones de religiosos en la U.R.S.S., México y España; Pio XII Apostolorum Principis (1958) Juan XXIII, Mater et
Magistra (1961) Pablo VI, Ecclesiam Suam (1964). Y en Cuba, S. S. Juan Pablo II, en sus homilías aludió a nuestros problemas sociales.
¿Fueron injustos estos papas?
En el “Credo de los apóstoles” donde confesamos nuestra Fe, afirmamos: “Creo en la Iglesia”.Pero hasta sin ello, la lógica basta para comprender la contradicción entre ciertas
ideologías y sus prácticas con la Fe y Moral Cristianas.
Juzgar a los hombres divididos en “clases sociales antagónicas”, la “clase trabajadora” en el deber de “tomar el poder” y conservarlo mediante “la lucha de clases” y la “violencia revolucionaria” para establecer “la dictadura del proletariado y ‘un modo de producción superior” mediante la confiscación por el estado de la propiedad de ”los medios de producción” que concentrará y administrará ; lo cual resultará en inmenso progreso, igualdad y fraternidad, fin del hambre, la pobreza y las guerras.
Lleva implícito en contradicción con la Ley de Dios, la idea de que para conseguir esos fines todo medio, “sacrificio”..»intransigencia revolucionaria”, es válido. Y la Historia, muestra que en la práctica no se consiguieron tales fines sino otras consecuencias también contrarias a la Ley de Dios.
Santero, espiritista, militante, pueden creer en Dios y, personalmente, hacer buenas obras. Santiago en su epístola, tratando el tema de “la acepción de personas” dar acogida honrosa en la congregación a los ricos, menospreciando a los pobres, precisa. 2, 19: ”Tu crees que Dios es uno, bien haces. También los demonios creen, y tiemblan/…/¿Mas quieres saber, hombre vano, que la Fe sin obras es muerta? Y en 1.10: “Pero cualquiera que guardare toda la Ley pero ofendiere en un punto se hace culpable de todos”. Dios nos quiere completos, para nuestro bien, no divididos, no pretendamos entregarle “pedacitos”. Si “los demonios creen y tiemblan”, ¿nos atreveremos sin temor a pretender conciliar con la Santa Comunión lo que Dios rechaza en Su Palabra: Vivir en hipocresia, cultos a otros dioses, conveniencia, “mítines de repudio”, «abortismo”, “matrimonio homosexual”?
“Sed santos, porque Yo, Yahveh, soy Santo”;“No se puede servir a dos señores”. “Muchos
son los llamados, pocos los elegidos, apresurense a entrar por la puerta estrecha”.
Correspondencia a las autoridades eclesiásticas:
Artículos del autor

Periodista independiente, con una amplia producción en diferentes medios de la prensa independiente y el exilio. Escritor, ex profesor (expulsado por sus acciones políticas), fue condenado a tres años de privación de libertad en 1990 por el supuesto delito de “propaganda enemiga”, con anterioridad expulsado de la carrera de Historia en la Universidad de La Habana por no renegar del catolicismo.
Reside en Cuba y se mantiene activo en la prensa independiente, incluido el periodismo de investigación.
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