Noticias de Cuba / La misma película, con guión similar y los mismos resultados
Socialismo real
Cubamatinal / Artesanos, artistas plásticos, “rent a room” y cafeterías y restaurantes privados están a punto de quebrar por la baja de sus ingresos causada por la disminución del turismo y de los cruceros; y porque el estado mantiene altos impuestos a estos pequeños particulares.
Por Jaime Leygonier
La Habana, de junio, 2019./ Artesanos, artistas plásticos, “rent a room” y cafeterías y restaurantes privados están a punto de quebrar por la baja de sus ingresos causada por la disminución del turismo y de los cruceros; y porque el estado mantiene altos impuestos a estos pequeños particulares.
Según informan perjudicados y la propaganda gubernamental, que culpa al presidente de los Estados Unidos de procurar con restricciones al turismo destruir a los “cuentapropistas”, eufemismo gubernamental para no decir “trabajadores privados”.
Según declara Rolando, artesano:“Antes venían cruceros, un turismo de pobres que compraban poco y regateaban; pero ahora casi no hay ventas y tenemos que seguir pagándole a las autoridades por el espacio, a la ONAT: asociación de artesanos, al sindicato que no nos defiende y a fin de año pagaríamos por las ganancias; y al plantearles que ya ganamos muy poco, contestan que ya rebajaron los impuestos al mínimo”.
María Elena:“Ya no vienen extranjeros a alquilarme la habitación, pero me siguen cobrando el impuesto igual”.
J. Fernández, profesor retirado:“Los impuestos son esencialmente extorsivos y el trabajo privado siempre fue para el Gobierno un ‘hijo no deseado’, que lucha por sobrevivir en las condiciones anormales de un mercado interno prácticamente inexistente, por lo cual se orienta a venderle a los extranjeros suvenires o servicios”.
Rolando:”La feria de artesanos empezó en los años 90 en la Plaza de la Catedral, luego nos mudaron a la Plaza de armas, luego al Parque de la Maestranza, cada vez a un sitio menos céntrico y más estrecho y, finalmente, para este almacén apartado de todo en la avenida del Puerto”.
J. Fernández:“El raquítico mercado interno depende de las remesas familiares o de brindar a los extranjeros servicios legales o ilegales, como la prostitución, la ausencia de mercados donde los trabajadores privados compren al por mayor, que el Estado hace años ofrece pero nunca crea».
Rolando:“Yo pago unos $130 CUC. mensuales ($1 Cuc. equivale oficialmente a $1.20 U.S. Dollars) Y ahora apenas vienen extranjeros, hay días que no vendo, pero nos siguen cobrando impuestos hasta por respirar”.
J. Fernández:«La disminución del poder de compra de los nacionales por la crisis y los precios altos, la competencia de comercios estatales, y ahora la drástica disminución del turismo extranjero, todo apunta a arruinar a los pequeños negocios privados”.
Consultado a través de la red el exiliado cubano Miguel A. García nos comenta:«A principios de los años noventa del pasado siglo comercializaba mis artesanías en la Feria de la Calle G del Vedado pero todo sigue igual o peor a razón de numerosas referencias al respecto le facilito al lector tres enlaces de mi autoria y que considero puedan resultar de sumo interés, dada la prodigiosa capacidad de la dictadura para borrar la memoria de sus hechos».
El primero describe como se inicio la ola de trabajo «cuentapropista» en el llamado «Periodo Especial«, el segundo describe a través de un documentado ensayo la evolución del tratamiento salarial a los trabajadores cubanos en 60 años de «dictadura del proletariado» y el tercero los mecanismos de coerción y educación social para obligar al comportamiento modificado en sistema, eufemísticamente llamado «hombre nuevo».
Periodista independiente, con una amplia producción en diferentes medios de la prensa independiente y el exilio. Escritor, ex profesor (expulsado por sus acciones políticas), fue condenado a tres años de privación de libertad en 1990 por el supuesto delito de “propaganda enemiga”, con anterioridad expulsado de la carrera de Historia en la Universidad de La Habana por no renegar del catolicismo.
Reside en Cuba y se mantiene activo en la prensa independiente, incluido el periodismo de investigación.
Economía / Economía Política:Las pensiones y el costo de la vida, a la luz de la Ley de Seguridad Social vigente desde 2009
Sin contar el penoso estado de los Hogares de Ancianos
Cubamatinal / Se hablaba insistentemente -por los días en que fue publicada en la Gaceta Oficial de la República (2009) la vigente Ley de la Seguridad Social- sobre los problemas de los jubilados cubanos. Un reportaje de la agencia AP daba cuenta de la necesidad de emplearse de nuevo, después del retiro, para poder subsistir medianamente. Algunos insistían en que este no es un problema único de Cuba, lo cual es cierto, aunque los datos dicen mucho más; es cierto, pero son problemas de diferentes magnitudes.
Por Miguel A. Garcia
Madrid, 20 de mayo de 2018* /CM/ En países con economía de mercado, la protección del salario -ante el incremento de los precios nominales- se ejecuta aplicando una corrección concreta: el Índice de Precios al Consumo (IPC). Tal mecanismo ha estado ausente durante mas de medio siglo en la economía nacional.
A la congelación de salarios aplicada en Cuba desde 1962, le correspondió, en teoría, un proceso similar en los precios de las mercancías. Tal medida se «justificaba» con el inicio del embargo norteamericano, el desbarajuste económico derivado de «la propiedad social sobre los medios de producción» -léase depredación de la propiedad por parte del Estado- y el inicio de los innumerables experimentos económicos por parte de un grupo de neófitos, voluntaristas e irresponsables aventureros, devenidos profesionales de la revolución social.
La base del congelamiento de los salarios se basó en la implantación de la «libreta de abastecimientos», de manera que se supuso -al menos así se argumentó- que salarios más precios congelados, por igual, darían como resultado una ecuación de estabilidad del salario y el consumo.
Sólo que, como toda cartilla de racionamiento, la «libreta de abastecimientos» no garantizó el consumo mínimo al que estaba acostumbrada la población. Especialmente, porque como consecuencia directa de la eliminación de la propiedad privada y de los experimentos económicos, la producción cayó en picado. Si a esto sumamos que hasta el 13 de marzo de 1968 se admitió la existencia de un sector privado, fundamentalmente en los servicios, las condiciones estaban dadas para el brusco incremento de los precios de mercancías y servicios, por dos factores reiterativos: escasez de mercancías y encarecimiento de los costos productivos.
No volvieron a hacerse correcciones salariales de ningún tipo -al menos, de forma general- hasta inicios de la década de los años ochenta, con la llamada «Reforma General de Salarios y Precios». Entonces se efectuaron algunos incrementos salariales -sin tener en cuenta el IPC de las dos décadas anteriores-, al mismo tiempo que se modificaron los precios al alza.
Justo al arribar al siglo XXI, volvió a hablarse de reformas salariales globales, pero el sistema de aplicación se ajustó al empleado con anterioridad. De manera que el salario sigue siendo una expresión simplemente nominal del pago por el trabajo, que no sirve de fuente de sustento a la clase trabajadora, toda vez que el IPC acumulado ronda dimensiones incalculables, que algunos analistas sitúan en 100 veces menor que el rendimiento de su poder adquisitivo en 1962. Es decir que a fecha de 2009 ya se necesitarían 100 salarios nominales de 1962 para que cada trabajador pudiera mantener estable el valor del dinero que recibe como pago por su trabajo, y la cosa no ha mejorado. Recomiendo acceder a un seriado anterior: El Timo del Salario en Cuba (Compendio en PDF).
Aunque evidentemente es un cálculo de difícil exactitud, dado el deterioro de las ofertas comerciales accesibles, la comercialización mediante el sistema de dualidad monetaria y el secretismo estatal en relación con los datos de la economía real.
¿Cuestión de años?
Si el salario real decrece de forma irremediable, otro tanto pasa con las jubilaciones. El sistema de Seguridad Social cubano se basa en las aportaciones de las empresas -léase empresas del único empleador, el Estado totalitario- por tanto; en las aportaciones que el propio Estado hace, pasando de una mano a la otra una parte de las exacciones de impuestos.
Supuestamente, desde 1962, los trabajadores no hacen aportes a la Seguridad Social, sólo el empleador, dice el gobierno. Este es un punto que ya quedó aclarado en un artículo anterior. Es incuestionable que los trabajadores cubanos no sólo aportan directamente a la Seguridad Social -situación encubierta por la exclusión del salario bruto en sus nóminas-; sino que también lo hacen al asumir con su plusvalía los costos de impuestos que evidentemente el Estado no se aplica a sí mismo.
Hasta que fuera aprobada la nueva Ley de Seguridad y Asistencia Social, el sistema de jubilación de los trabajadores establecía, según su última ampliación en la Ley 24 de Seguridad y Asistencia Social de 1979, los siguientes elementos para los requisitos de acceso y cálculo de los pagos:
55 años para las mujeres, 60 para los hombres
25 años para acceder de pleno derecho
Determinación del salario base medio mediante elección de los cinco mejores años salariales de los últimos diez años de trabajo
Aportaciones al cálculo: 50% del salario base, más 1% por cada año laborado por encima de los 25 años requeridos (1,5 % en el caso de la categoría II, que comprende a trabajadores cuyo tipo de labor conlleva un desgaste físico o mental que impide la extensión en el tiempo del vínculo laboral)
Algunas medidas de incremento a los jubilados han sido utilizadas por el Estado para «argumentar» la «justicia social» de su sistema de pensiones. La pensión media en 1989 se encontraba en el rango de los 89 pesos nominales, mientras que en 2007, nominalmente, la alcanzaba la cifra de 205 pesos, es decir 8,20 pesos convertibles.
Si sólo en nóminas la pensión media de 2007 es 2,45 veces más alta que la media de 1989, en poder adquisitivo real, aplicando el IPC estimado, la pensión media perdió algo más del 70% de su capacidad real para la adquisición de bienes y servicios.
La nueva ley se ampara en una situación demográfica real: la población envejece. La tendencia al envejecimiento —personas con 60 años o más— alcanza en la actualidad el 16,6% y hacia 2025 debe alcanzar el 26,1%, con lo que seremos el país más anciano del hemisferio.
Las nuevas modificaciones generales en la Ley de Seguridad y Asistencia Social son las siguientes:
60 años para las mujeres, 65 para los hombres
30 años para acceder de pleno derecho
Determinación del salario base medio mediante elección de los cinco mejores años salariales de los últimos diez años de trabajo.
60% del salario base, más 2% por cada año laborado por encima de los 30 años requeridos hasta un máximo del 90% del salario base del cálculo
Más pobreza, menos beneficios
Un simple análisis de los principales elementos del texto legal permite arribar a las siguientes conclusiones:
a) La nueva ley no tiene en cuenta las condiciones del salario en Cuba, a partir de su poder adquisitivo real. No puede hacerlo mientras no se reforme radicalmente el sistema económico del país;
b) Está concebida sólo para alargar la vida laboral de los trabajadores, a la vez que incrementa los requisitos de años trabajados para acceder a la prestación básica; y
c) Ofrece «beneficios» no comprendidos en la ley hasta el momento, tales como poder devengar salario íntegro en nuevo empleo, con posterioridad a la fecha de jubilación (de sector diferente al que motivó la pensión original), que de hecho sólo busca extender aún más la vida laboral.
Los niveles de salario real en la población activa no son suficientes para un nivel digno de vida, a partir de la satisfacción de las necesidades humanas. Un estudio del Centro de Información y Documentación de Estudios Cubanos de Madrid concluido en 2013 -y que se ejecuto durante dos lustros-, demuestra que los niveles de pobreza de la población cubana no sólo van en incremento, sino que los de marginalidad social se sitúan en parámetros cada vez más preocupantes. Uno de los problemas abordados es precisamente el de la vejez.
Según la nueva ley, para que un ciudadano de cualquier sexo llegue a devengar una pensión equivalente al 90% de su salario, debe trabajar de forma ininterrumpida 45 años. Es decir; un hombre que comienza a trabajar a los 20 años de edad, para obtener tal beneficio, deberá hacerlo de forma permanente y sin dejar de cotizar un solo dia, hasta los 65 años de edad. Una mujer tendría que comenzar a los 15. Y ello es imposible, pues la edad laboral se inicia legalmente a los 17.
En España, por ejemplo, donde las edades de jubilación aplicadas son las que ahora adopta La Habana, la esperanza de vida aventaja los parámetros de la Isla en muy pocos puntos o décimas porcentuales. Sin embargo, una simple comparativa entre requisitos de años trabajados y capacidad adquisitiva real de la pensión, demuestra que, en el caso cubano, la extensión de los años trabajados no redunda en mejoría alguna para el jubilado.
Es difícil comprender por qué la edad de jubilación de las mujeres difiere un lustro de la de los hombres, en medio de la propaganda sobre la igualdad de género y de la crisis demográfica. La esperanza de vida es favorable a las mujeres. Podría haberse buscado una media en los años de jubilación, igual para ambos sexos, que garantizara la disponibilidad de mano de obra, a la vez que un disfrute más o menos paritario del descanso en los últimos años de vida.
¿Los primeros serán los últimos?
Con los datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en la mano, en 1959 la situación de los trabajadores cubanos -y por ende de los jubilados- era favorable a los cubanos en relación con la de los españoles. Ahora un jubilado español percibe al año, como pensión mínima, algo más de 70 veces la jubilación media de un pensionista cubano.
Si a algún apologista se le ocurriera hacer referencia a los servicios de salud «gratuitos» del pensionista cubano, sera menester recordar que nuestros jubilados asisten hoy a un sistema nacional de salud deteriorado, con pésima calidad de los servicios y con una escasez casi total de medicamentos, que, por cierto, exceptuando a los que son administrados en instituciones hospitalarias, son de pago. Ver:Cuba y España: Comparativa de los Sistemas Nacionales de Salud (SNS)
Agréguese que los jubilados españoles disfrutan de medicamentos gratuitos en las farmacias, amén de otros beneficios, como precios preferenciales -casi simbólicos- en áreas de importancia, entre ellas el transporte público.
Por último, el tema migratorio. Aunque Cuba es potencialmente un país del que emigrarían hasta los gatos, el flujo migratorio real no era preocupante, desde el punto de vista demográfico, hasta que se llegó al punto de un decrecimiento poblacional absoluto; es decir, a la pérdida de población.
La suma de todos los cubanos residentes en el extranjero o fallecidos en otras tierras, a lo largo de estos 50 años, es sustancialmente inferior a la de vidas perdidas con la absurda práctica del control de la natalidad mediante interrupción descontrolada del embarazo -4 millones hasta hace algo menos de una década, según estimados conservadores-. Y, por supuesto, la baja tasa de fecundidad es atribuible a la desesperanza de los jóvenes en relación con su futuro (vivienda, salario real, libertad para decidir la educación de los hijos, etcétera). No es de encargo oír a algunos funcionarios alabar la situación actual demográfica del país como «propia de países desarrollados».
En Cuba o España, el decrecimiento poblacional es una enfermedad demográfica que, aunque tenga componentes biológicos, es básicamente social. Sólo que las motivaciones sociales de la riqueza material no son las mismas que las de la miseria.
Por otra parte, el sector más productivo de la Isla es la población perdida -residente en el exterior-, pues, comparativamente, son los cubanos que más beneficios líquidos aportan a la nación. Por ende, sus aportaciones se sitúan entre los cuatro primeros rublos de ingresos netos de la renta nacional.
No habrá solución -ni para la economía ni para la población- hasta tanto no se reforme totalmente el sistema económico del país, reforma que pasa por la libertad económica de la población. Recomendamos acceder a La Libertad Económica en el Mundo 2018
Aunque no solo por ella; recomiendo la visita y descarga del Paquete Informativo Numero 1 del portal Bibliocuba, sobre Desarrollo Humano, Examen Periódico Universal, Clasificación Mundial sobre Libertad de Prensa, Indice de Libertad Mundial y el ya citado Indice de la Libertad Económica en el Mundo.
Actualización de articulo publicado originalmente en Madrid, 2009.
Cubamatinal/ Para continuar con el análisis de la precariedad salarial inducida en Cuba, es necesario que el lector conozca que durante años se ha trabajado en la captura de Bases de Datos que permitieran crear un sistema para medir lo más objetivamente posible el nivel socio-económico de la nación.
Por Miguel A. Garcia
Miami, 7 de noviembre de 2017/ Hoy día dicho modelo teórico se inserta como parte del reporte quinquenal “El estado de la Nación” que un grupo de asociaciones radicadas en Europa, Sudamérica y los EE.UU y federadas a los efectos de ejecutar protocolos de estudios cubanos; trabajan las actualizaciones anuales de la siguiente Matriz.
Matriz de Variables para medir Marginación y Marginalidad
1- Salario real (capacidad adquisitiva, nivel de pobreza)
3- Valores críticos de vida saludable (expresado en indicadores socio-demográficos y de salud pública)
4- Acceso y calidad de los servicios públicos de transporte, telecomunicaciones e internet (entre otros))
5- Educación para la vida
6- Movilidad territorial
7- Acceso a vivienda decorosa
8- Capacidad de ahorro personal y social
Las fuentes de los datos proceden en primer lugar de los reportes oficiales de los diferentes organismos del estado cubano emitidos para su consumo interno y los correspondientes informes ya maquillados que derivan hacia organismos internacionales. En otro nivel también se rescatan reportes primarios de los diferentes Ministerios del aparato estatal cubano y los reportes de Centros Académicos cubanos -dentro y fuera de la isla- que atesoran tesis e investigaciones diversas vinculadas al tema.
Por supuesto se asimilan los datos aportados por instituciones internacionales de estudios sociales (en su más amplia gama) que elaboran índices mundiales anuales según su especialidad. También se incluyen los datos de importantes entidades financieras internacionales.
La mayor parte de esas Bases de Datos pueden ser consultadas en el portal https://bibliocuba.net como información corriente y en el caso de los estudiosos del tema se dispone de servicios especializados de Diseminación Selectiva de la Información, previa suscripción gratuita de los usuarios según su categoría profesional.
Vamos a abordar entonces y -a partir de datos procedentes de analistas del propio sistema de instituciones académicas de la isla- algunos conceptos que a pesar de su manipulación mediática por el sistema de información oficial del país demuestran la degradación del indicador Nivel de Vida de la población cubana en estos cincuenta y ocho años.
Un primer dato interesante, parte de un concepto largamente denostado por la propaganda oficial cubana; el consumo.
“El consumo, por tanto, comprende las adquisiciones de bienes y servicios por parte de cualquier sujeto económico (tanto el sector privado como las administraciones públicas). Significa satisfacer las necesidades presentes o futuras y se le considera el último proceso económico. Constituye una actividad de tipo circular en tanto en cuanto que el ser humano produce para poder consumir y a su vez el consumo genera producción.” Fuente:https://es.wikipedia.org/wiki/Consumo
La incapacidad económica de un proyecto social que comenzó por destruir la economía de mercado, pronto vinculo el concepto consumo con su variante exacerbada; consumismo.
A tal punto que la propaganda política del aparato estatal cubano exhorta la limitación del consumo a partir del uso de conceptos doctrinarios tales como la “austeridad económica” y lo relaciona con “actitudes pro capitalistas” y “contrarrevolucionarias” . Si bien es cierto que hoy en día les resulta imposible mantener el adoctrinamiento al respecto, cuando el consumo básico de encuentra en mínimos (ya a inicios de los años 90 del pasado siglo genero’ enfermedades carenciales con carácter de epidemia) y por demás los excesos del consumo por parte de la clase gobernante son públicos gracias a las redes sociales, la prensa independiente, pero sobre todo por la desfachatez evidente de la prole de tales “padres de la patria”.
Las mercancías se producen para ser consumidas, desde una simple patata, hasta un avión de pasajeros. Hasta en los manuales doctrinales de marxismo-leninismo se reconoce que las necesidades -materiales y espirituales- de la población son “siempre crecientes” y se satisfacen a través de la acción de consumir los referidos bienes.
Como, quiéralo o no, ese consumo se concreta a través del mercado y la producción mercantil -única capaz de identificar las necesidades y satisfacerlas- se basa en el acto de compraventa, conocer la capacidad adquisitiva del dinero, equivale a saber cuánto rinde el fruto del trabajo, es decir el salario real.
Utilizando uno de los resquicios informativos que se encuentran en la Red con relación a Cuba, me permito transcribir parte de un trabajo académico del autor Pavel Vidal del Centro de Estudios de la Economía Cubana. Universidad de La Habana, 2007 comenzando por una interesante tabla.
Tabla 1 Cálculo del Salario Real. Cuba 1989-2006
Fuente: Pavel Vidal. Centro de Estudios de la Economía Cubana. Universidad de La Habana, 2007
Leyenda:
a Es la variación porcentual anual del IPC que calcula la ONE.
b Elaboración propia a partir de los datos del mercado formal (deflactor del PIB) e informal reportados por CEPAL (1997), manteniendo una ponderación de 40% para el mercado formal y 60% para el informal (el 30% del mercado agropecuario se suma al informal)
c Balance preliminar de la CEPAL.
d ONE. Anuario Estadístico de Cuba.
e Elaboración propia de la fuente.
Algunas conclusiones del autor citado:
“Primeramente, los datos de inflación se llevan a un índice que toma como referencia el año 1989. Se obtiene que los precios actuales (fecha del dato, año 2006) son 8.63 veces mayores que en 1989; o lo que es lo mismo, 8.63 pesos cubanos actuales equivalen a 1 peso cubano del año 1989.
Para obtener entonces el salario real se divide la columna del salario nominal promedio por este índice de precios, arrojando para cada año el valor del salario promedio medido en pesos cubanos de 1989.”
Analicemos:
Su importancia radica no en los datos ya superados en negatividad, de 2006 a la fecha (aunque en 2006 eran muy negativos), sino en la metodología que demuestra que el salario -por ejemplo- de un médico especialista de segundo grado en ejercicio de docencia que en 1989 ganaba $420,00 CUP de salario mensual, -y solo para mantener el mismo nivel adquisitivo-, debería ganar en 2006 un salario de $3.624,60 CUP.
El lector no avezado en el sistema monetario cubano debe conocer que en Cuba existe un doble sistema de circulación monetaria, es decir el Peso Cubano (CUP) y el Peso Cubano Convertible (CUC), donde el primero es la moneda corriente de pago por el trabajo y el segundo el equivalente dentro del territorio nacional a las divisas extranjeras. El artificial y arbitrario sistema de canje se ejecutó durante muchos años a través de Casas de Cambio (CADECA) aplicando una tasa de 1 CUC = 25 CUP.
Hoy en dia y en virtud de los intentos de establecer una moneda única en el país, las Casas de Cambio están en extinción y en los comercios antaño dolarizados se puede comprar en ambas monedas, eso sí, con dos precios diferentes equivalentes a la tasa 1 CUC = 25 CUP.
Lamento convertirme en agorero de malas noticias, pero la “moneda única” en camino de instaurarse, seguirá siendo “play money”, los precios seguirán por la estratosfera y los salarios a nivel del inframundo.
Aquí hago un alto para proponer un ejercicio práctico al lector cubano de la isla, copie el salario mensual que devengaba en 1989 y multiplique por el factor de pérdida de valor real del dinero a fecha de 2006, es decir 8,63 ($1 cup de 1989 = $8,63 cup de 2006). ¿Cuánto debió ud. ganar en 2006 para mantener el nivel de consumo de 1989?
Al final de esta serie de artículos les facilitare entre otras, una tabla interactiva para el cálculo automático del indicador en el tiempo; les sugiero divulgarla entre familiares, amigos y conocidos.
Entre tanto, volvamos a los conceptos
Al comienzo del presente ensayo hicimos referencia a la necesidad de utilizar el método histórico. Esta metodología no es privativa de las ciencias históricas; la secuencia temporal de hechos, fenómenos, procesos y cronología de la actividad sistémica humana es de uso corriente en numerosos campos de estudio; la “historia clínica” utilizada en medicina y que constituye la base del análisis de la evolución de un paciente es el ejemplo típico de estudio longitudinal.
La evolución de la economía cubana en casi sesenta años de ensayos sociales no puede ignorar que la variable Salario Real (resultante de la correlación de Salario Nominal y el Índice de Precios al Consumo) permite medir la verdadera capacidad adquisitiva de bienes y servicios mediante el principal instrumento; el salario y su poder adquisitivo real, de ahí el término que lo identifica.
Por otra parte, medir el Nivel de Vida de la Población requiere del análisis de otras numerosas variables que no son objeto de trabajo en este ensayo, aunque serán mencionadas.
Cuando se toma como base para el análisis del IPC un estado de cuentas correspondientes a un punto de la gráfica inmediatamente anterior a la enorme crisis conocida como Período Especial, se desconoce que el poder adquisitivo del salario real ya sufrió importantes recortes en los periodos anteriores a la fecha de inicio de la gráfica.
Ese es el caso del estudio anteriormente relatado, útil pero sesgado; desconocer que el Índice de Precios al Consumo requiere su corrección anual, tomando como base el Salario Mínimo interprofesional y NO el llamado Salario Medio, es ignorar el carácter histórico acumulativo de la categoría económica conocida por sus siglas IPC. Por cierto principal caballo de batalla de los sindicatos del mundo entero para evitar la depauperación del nivel de vida de los trabajadores.
La historia del contrato social impuesto por la dictadura cubana (que en sus propios documentos programáticos se define como tal); no es más que la historia de la degradación constante de la capacidad adquisitiva de los gastos de trabajo; de los beneficios sociales que supuestamente justificaban tal imposición y de la pérdida constante de los índices de libertad en todas sus facetas.
Durante el llamado Periodo Especial se permitió por segunda vez la actividad de trabajadores autónomos por cuenta propia (la primera comenzó en 1978 y terminó a inicios de los años 80’). Popularmente conocidos como “cuentapropistas” -desde el portazo que significó a la iniciativa privada el cierre de toda actividad mediante la llamada Ofensiva Revolucionaria de 1968- sólo que en esta ocasión se vio claramente hasta dónde podrían llegar las iniciativas de los emprendedores en las peores circunstancias.
Me permito una auto cita a manera de testimonio sobre el tema: ¿Cuba con Coca Cola?, que el lector podrá encontrar en la sección Crónicas Socio-Culturales del portal https://bibliocuba.net . En todos los casos las evaluaciones oficiales (ONEI) han efectuado escasos y esporádicos análisis del IPC y en todos los casos calculado sobre la base del Salario Medio.
No por ejemplo, de una segmentación por tramos salariales donde se pueda concluir claramente cuáles son los rangos de los salarios nominales devengados por los diferentes estratos de población activa.
Cabe la posibilidad que calculen el dato para consumo propio, pero dada la política de secretismo de indicadores y la falta de transparencia informativa no se encuentran disponibles de forma pública.
Aunque es de reconocer que en gran medida por las subvenciones soviéticas y por tímidas modificaciones de la economía interna en los años 80’, la situación real del consumo básico por parte de la población mejoró algo con relación a la segunda mitad de los años sesenta del siglo XX y casi toda la década de los años setenta. Para sumergirse en las ignotas profundidades de la anti-economía desde los inicios del llamado “periodo especial” que digan lo que digan las cifras oficiales no ha terminado para la población trabajadora.
Los tiempos -breves- de alguna mejoría se enmarcan en la época en que algunos tecnócratas (Humberto Pérez como cabeza de equipo) intentaron desde la Junta Central de Planificación -JUCEPLAN- instalar el Cálculo Económico. Debate aparte sobre la factibilidad o no de la aplicación de este tipo de cálculo enel socialismo -desde que en 1920 el economista austriaco Ludwig von Mises publicara su artículo “El Cálculo Económico en la Comunidad Socialista”- y que ya fuera resuelto en la práctica socio-económica por el derrumbe de las economías comunistas donde quiera que han sido implantadas:
En el caso de la realidad cubana la sustitución del Cálculo Presupuestario por el Cálculo Económico se instrumentó mediante una variante “Restringida” pues en opinión de la más alta nomenclatura del Buró Político -léase Fidel Castro- el sistema de cálculo “impedía la libertad operativa de los dirigentes de la revolución”.
A esa “libertad operativa” se le nombró “la reserva del comandante” y según las propias expresiones de Fidel Castro en ocasión de la inauguración del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología el 1 de julio de 1986; la construcción de la instalación de presupuesto multimillonario consumió aproximadamente la mitad de la “reserva” en los dos años que demoró la construcción civil.
Esta fue -probablemente- la única vez que se mencionó de forma pública algo aproximado a la contabilidad de los fondos multimillonarios a disposición del Jefe de Estado y de Gobierno, Primer Ministro, Primer Secretario del PCC y un largo etcétera. Según el decir de un fallecido alto directivo de la Salud Pública cubana “todos los dirigentes tienen su pequeña reserva”.
Los años evaluados en la siguiente gráfica y tabla número 2 suman un incremento del IPC acumulado ascendente al 49,5% del sistema de precios de 1999, que si bien eran ligeramente menores a los puntos más altos de la degradación del poder adquisitivo (años 1993 y 1994) parten de la depauperación acumulada del valor de la moneda como instrumento para la adquisición de bienes y servicios y que hicieron depender a las economías familiares de las remesas familiares desde el extranjero y de la economía oculta (mercado negro).
Gráfica 1 / Tabla 2 Tasa de Inflación (precios del consumidor) (%)
Cubamatinal/ Un arma fundamental de dominio social sobre grandes grupos de personas -e incluso de naciones- lo constituye la mala memoria proverbial del ser humano con relación a hechos y detalles sociales de la vida cotidiana pasada.
Por Miguel A. Garcia. Edición de Hemeroteca, Cubamatinal 2008 con actualizaciones
Es un mecanismo demostrado de defensa ante el volumen de información que diariamente se genera y bombardea al ser humano en la percepción del mundo que lo rodea. No en balde, el plazo de un lustro –desde el presente y hacia el pasado- suele ser el tiempo promedio en que grandes grupos de encuestados son capaces de rememorar con detalle, acontecimientos importantes vinculados al devenir histórico del medio al que pertenecen.
En la medida que se retrocede en el tiempo histórico, esa memoria social pierde precisión y difumina los contornos de las causas o motivos de los efectos que padece. Conservando eso sí, memoria de los detalles –muchas veces distorsionados- promocionados como relevantes por los Medios de Comunicación Social, llamados “Medios Masivos de Difusión”o sencillamente “Medios”.
El propio estudio del fenómeno de los Medios de Comunicación Social y su influencia en el devenir histórico no puede ser abordado desde una sola ciencia;sin embargo, dada la dinámica funcional, las ciencias de la comunicación se enmarcan dentro de la psicología social y por extensión a la sociología.
Se ha dicho y con razón, que la Revolución cubana ha sido ante todo el asalto al poder mediático de una nación con claros fines políticos de dominación totalitaria.Desde un inicio el bombardeo propagandístico desde los medios monopolizados y un coordinado plan de desinformación sistemática de la realidad desde un centro rector único* permitieron el borrado sistemático de la propia realidad social del devenir histórico del régimen totalitario.
Precisamente el actual “debate” sobre la posible exacción de impuestos sobre el salario en Cuba transita por esos cauces.
A partir de la ocupación del poder real por parte de Fidel Castro en enero de 1959 y en medio de las maquinaciones para hacerse con el poder absoluto – descrédito de enemigos políticos de cualquier bando, fusilamientos, monopolización de los medios de comunicación, destrucción de todo el andamiaje de la sociedad civil etc.- los pasos fundamentales iban dirigidos a la monopolización estatal del poder económico.
De ahí que, junto a las expropiaciones a los “cómplices de la dictadura batistiana” y la consecuente inserción populista de los “centros de recuperación de bienes malversados”, se procede el 13 de octubre de 1960 a la intervención total de la banca; con el pretexto entre otros de “responder” al embargo comercial americano –parcial- de febrero de ese año.
Algo más tarde, -en agosto de 1961- se emite la Ley 963 sobre el cambio de la moneda que aparte de convertir la moneda nacional en papel mojado; despojó a todos los potenciales inversionistas nacionales –con el pretexto de que financiaban la contrarrevolución– de toda su capacidad económica**.
Más tarde en 1962, con el recrudecimiento del embargo americano, la crisis de los misiles y el incremento paroxístico del bombardeo mediático –ya en fase desenfrenada desde finales de 1960- así como las constantes movilizaciones de la población, pasó en puntillas -sin dar mayor importancia- la mayor operación de disminución del salario real del trabajador cubano, es decir; los impuestos para el desarrollo de la industrialización (4%) –a los que verbalmente*** se le irían agregando seguridad social, salud pública, educación y defensa– hasta arribar al actual “impuesto sobre la circulacióny ventas”, que grava todas las mercancías y servicios que oferta el Estado, salvo la exigua cuota normada.
Este impuesto totalizó en 2010 la cantidad de 13 462 millones de pesos, alrededor del 31% de todos los ingresos de la población; con la característica de que no está contenido en la actual ley tributaria (ley 73 de agosto de 1994).
Dos años después de la aplicación de los primeros impuestos sobre el salario, en 1964; se implanta en Cuba uno de los tantos desastrosos experimentos económico-sociales, el llamado “Calculo Presupuestario”. No es que fuera el primero de los experimentos y tampoco el último, solo que esta vez el experimento afectaba a la propia estructura de la gestión contable del país.
Conscientes en su fuero interno de que el estado totalitario asume la función de empresario total del entramado económico nacional, (la clásica fórmula Dinero-Mercancía- Dinero [D-M-D’] a la que hace constante referencia Carlos Marx durante todo el tomo I de su obra El Capital, es aplicada en el caso cubano, no por un empresario capitalista “sediento de ganancias”, sino por la única empresa del país, es decir, el Estado****), se procede a suprimir las relaciones monetario-mercantiles entre empresas estatales.
Ya en 1967 con la Ley 1213 del 7 de julio, se suprimen todas las “trabas burocráticas” reflejándose en la nómina de los trabajadores solo el Salario Neto sin registro contable visible del Salario Bruto, pasando por arte de magia a convertirse en Salario Nominal. Con lo que la práctica totalidad de las generaciones de trabajadores en activo en la isla desconocen los componentes ¡y descuentos! del salario nominal que perciben y los que lo conocieron y aún viven, ¡ya no se acuerdan! o es sólo un término anecdótico.
Si a ello sumamos que en la práctica, la isla-feudo fue gobernada desde 1959 hasta 1977 mediante Decretos-Leyes; que la propia Constitución de 1976 y el cuerpo de “Leyes Complementarias” y subsiguientes que han sido “aprobadas” en el “Parlamento” se cumplen a discreción del círculo superior del estrato gobernante y como último sumando, el medio siglo de gobierno mono-familiar con sus marchas y contramarchas constantes. Comprenderemos por qué aparece el fenómeno de la Disonancia Cognitiva Masificada en la población cubana,no sólo en el tema que nos ocupa sino en la práctica totalidad esfera de la actividad social.
Vayamos al concepto: “…el término se refiere a la percepción de incompatibilidad de dos cogniciones simultáneas, todo lo cual puede impactar sobre sus actitudes… La manera en que se produce la reducción de la disonancia puede tomar distintos caminos o formas. Una muy notable es un cambio de actitud o de ideas ante la realidad…”
La forma más usual de escapar a la Disonancia es; ignorando aquello que genera conflicto o contradicción. La población privada de información fidedigna y contrastable durante muchos decenios, bombardeada constantemente por la propaganda oficial que muestra “su realidad” en todos los medios; crea también su propia “realidad alternativa” y queramos o no, esa ficticia realidad alternativa conlleva de cierta forma un implícito Síndrome de Estocolmo.
Una frase cubana en boga desde hace muchos años reza: “El estado finge pagar los salarios y el pueblo finge trabajar para el estado” donde se reconoce explícitamente por una parte la miseria salarial a que es sometido el trabajador y por otra la bajísima productividad de la empleo-manía cubana.
La frase en sí misma es una expresión de Disonancia Cognitiva; en una alternativa que no ha resultado lo satisfactoria que se pensaba, se puede encontrar ventajas que antes no se habían detectado. Es decir, “no me pagan ergo no trabajo”, que de hecho es una “solución” a la contradicción, ¡solo que una solución falsa!
Si la plusvalía sigue siendo –según criterio marxista- “el nuevo valor creado del que no participa la clase trabajadora”, entonces no es necesario dar más vueltas de hojas; absolutamente todos los fondos de los que dispone el estado cubano provienen de la expropiación de aquella parte del fruto del trabajo del cual no da participación al trabajador, con el pretexto cansonamente argumentado que el estado se encarga de «redistribuir socialmente» la plusvalía, a la cual por cierto no llaman por su nombre.
De esta forma sólo sabe el trabajador la cantidad que le pagan –neto- pero nunca cuánto le retienen del salario bruto; en algunos casos hasta el 40 %. Por supuesto que ¡además! realmente cree que no paga impuestos. El propio andamiaje burocrático estatal, integrado por miles y miles de trabajadores tan explotados como el resto de la población; sufre de los síndromes descritos anteriormente, ellos también sufren Disonancia Cognitiva y padecen el Síndrome de Estocolmo.
Más de medio siglo de bloqueo informativo interior, doble moral consolidada, escapismo institucionalizado y “realidades virtuales” cambiantes, -pero en el fondo siempre la misma-, llevarán a no dudarlo a una nueva vuelta de tuerca en la ya gastada rosca del “garrote vil” que atenaza la garganta del trabajador cubano, con la casi probable aplicación del “novísimo” impuesto sobre los ingresos.
Lo peor del caso es que cuando eso suceda, aparecerán tres o cuatro chistes de amplia difusión popular –quizás en alguno de los espectáculos de los “nuevos humoristas” de la cada vez peor y más chabacana factura- se pondrán de moda dos o tres “reggaetón protesta” y Raúl Castro se lamentará del pueblo que no trabaja como debiera a partir de los sacrificios de la “generación del Moncada” y al final el nuevo impuesto será aplicado.
Por su parte la prensa extranjera que no suele enterarse de lo que realmente pasa en Cuba -a pesar de sus corresponsales con largos años de estadía en la isla- disertará sobre si realmente con “las nuevas medidas” cambiarán las cosas en Cuba; entretanto como en el corto Brainstorm ¡se aceptan apuestas!
*Cualquier nombre o estructura que tomara en estos 53 años, siempre bajo la férula directa del jefe de estado.
**Mataba dos pájaros de un tiro, primero disolvía la totalidad de las relaciones mercantiles a partir del valor del dinero y segundo privaba no sólo a los opositores sino a toda la sociedad civil de sus medios de financiamiento.
***Los discursos y largas peroratas en los más disimiles medios por parte de Fidel Castro, eran tomados al pie de la letra como Ley, al punto que durante años en la Universidad de La Habana se enseñaba en la Facultad de Derecho que “la palabra orientadora del Comandante en Jefe constituía fuente de derecho”
****Sin contar que algunos incrementos de los hoy astronómicos precios del “mercado libre” comenzaron por ser contribuciones “temporales” por ejemplo para los “damnificados del ciclón Flora”, allá por el lejano 1964 cuando subieron los precios de los cigarrillos y la cerveza. ¿Habrán terminado ya en 2011 de ayudar a los susodichos damnificados?
Cuando a finales del año 2008 se aprobó la Ley Nº 105 de la Seguridad Social por parte de la Asamblea Nacional del Poder Popular, y Raúl Castro en su condición de jefe de estado y de gobierno comenzó a preparar el camino para la exacción de nuevos impuestos a los salarios nominales de los trabajadores cubanos; publiqué un artículo de opinión en varios medios, entre ellos Diario De Cuba en Madrid con el título “Nuevas vueltas de tuerca”. Como el asunto que nos ocupa se inscribe con todo derecho dentro de la Teoría de los Sistemas Complejos de las modernas escuelas de Sociología Aplicada y en especial en los Sistemas de Diseminación de la Información, seremos consecuentes con el método histórico. Para ello transcribo los antecedentes del asunto, mediante el artículo de marras: Vueltas de tuerca
Índice de los contenidos
Introducción:
Unas cuentas no tan claras
Sumario:
1. Las tribulaciones del salario en Cuba.
2. Las instituciones financieras y tributarias.
3. Esquema del Sistema Impositivo vigente.
3.1 Impuestos:
A. Impuestos sobre utilidades
B. Impuestos sobre ingresos personales
C. Impuestos sobre las ventas
D. Impuesto especial a productos
E. Impuesto sobre los servicios públicos
F. Impuesto sobre la propiedad o posesión de determinados bienes
G. Impuestos sobre el transporte terrestre
H. Impuesto sobre transmisión de bienes y herencias
I. Impuesto sobre documentos
J. Impuesto sobre utilización de fuerza de trabajo
K. Impuesto sobre la utilización o explotación de los recursos naturales y para la protección del medio ambiente
3.2 Tasas:
A. Tasa por peaje
B. Tasa por servicio de aeropuertos a pasajeros
C. Tasa por la radiación de anuncios y propaganda comercial
3.3 Contribuciones:
A. Contribuciones a la Seguridad Social
B. Contribución especial de los trabajadores beneficiarios de la Seguridad Social
C. Contribución local para el desarrollo territorial
4- La continua degradación del salario en Cuba.
4.1 Algunos conceptos imprescindibles.
A. Relación entre Salario Mínimo y Canasta Básica
B. La manipulación del concepto Canasta Básica en las condiciones cubanas.
C. El falso concepto de la subvención estatal cubana a la “Canasta Básica” de la población.
D. Salario Mínimo VS Salario Medio. El mal uso de las medidas de tendencia central para evaluar el poder adquisitivo del salario.
E. Índice de Precios al Consumidor (IPC). corrección salarial.
F. Contenido real de las retenciones desde 1962 a la fecha
4.2 El salario del trabajador cubano y el Derecho Laboral Internacional.
A. Análisis de las últimas reformas laborales en Cuba desde la óptica de un reputado catedrático en Derecho Laboral.
B. Incumplimiento de las recomendaciones de la OIT
C. El estado como empleador-intermediario-expoliador del salario
D. Denuncias ante organismos internacionales. Informes al Examen Periódico Universal de la Comisión de Derechos Humanos en Ginebra.
Anexos:
A. Anexo 1. ¿Cuba con Coca Cola?
B. Anexo 2. Cronología de las modificaciones impositivas y su formulación legal.
C. Anexo 3. ONAT. Tributaciones; Modelos, Formularios e Instrucciones.