Opinión / Salud Publica (ENSAYO)

Cubamatinal/ En los últimos años ha sido muy frecuente en la prensa cubana abordar la situación económica social de España de forma hipercrítica, sobre todo después del inicio de la actual crisis financiera. Suele decirse que es más fácil ver la paja en el ojo ajeno que la viga en el propio.
Por Miguel Ángel García Puñales*
Selecciones Cubamatinal: Borrador del ensayo original publicado en el Nº 47 de la Revista Hispano Cubana (enero 2014)
Los medios de comunicación cubanos, -propiedad absoluta del estado- a pesar de la crisis permanente en que se encuentra sumida la nación, transmiten una cantidad ingente de noticias de corte alarmistas sobre lo que ocurre en el resto del mundo, que en muchas oportunidades generan zozobras innecesarias en la población cubana con familia en territorio español.
Tales son las preocupaciones que nos transmiten constantemente familiares y amigos de la isla; alarmados por las noticias sobre España publicadas en los medios cubanos; muchos de los cuales atacan las reformas al Sistema Nacional de Salud, que desde hace algún tiempo se vienen efectuando en suelo español.
El presente ensayo tiene como objetivo, establecer una comparación entre ambos Sistemas Nacionales de Salud, a partir de datos objetivos tales como; Transparencia informativa, acceso a los servicios y calidad de la atención médico sanitaria, así como sus sistemas de financiamiento y sostenibilidad.
Descripción de ambos SNS
El Ministerio de Salud Pública de Cuba, define el SNS de la siguiente forma:
Misión: El Ministerio de Salud Pública (MINSAP) es el Organismo rector del Sistema Nacional de Salud. Encargado de dirigir, ejecutar y controlar la aplicación de la política del Estado y del Gobierno en cuanto a la Salud Pública, el desarrollo de las Ciencias Médicas y la Industria Médico Farmacéutica.(1)
El acceso a la información sobre el SNS de Cuba a través de la página Web del Minsap brinda solo información parcial. La Web ministerial constantemente redirige a la página de Infomed para la búsqueda de información.
Infomed es la cara visible de la Red Cubana de Información Científico Médica, cuyo órgano cabecera es el Centro Nacional de Información y Documentación de Ciencias Médicas (CNICM). Este último dirige la Red Nacional de Bibliotecas Médicas –incluida la Biblioteca Médica Nacional- atesora las principales Bases de Datos del Minsap cubano, funge de órgano nacional de la Red de la BVS (Biblioteca Virtual de Salud) y de la UVS (Universidad Virtual de Salud) y en su función de Portal de la Salud es el que autoriza el uso a la red y ejerce la censura sobre el acceso del personal médico a correos electrónicos así como a Internet. Es la versión para el sector salud de la Intranet cubana, diseñada para simular una Internet solo para Cuba.
El actual SNS de Cuba data de 1968, fecha en que el estado cubano decretó la intervención de todas las clínicas mutualistas – en su gran mayoría fundadas y administradas por asociaciones de españoles residentes o naturalizados en Cuba- así como algunas clínicas privadas que no habían sido intervenidas con anterioridad. Desmontando de esta forma toda la estructura sanitaria anterior a su dominio público.
Se permitió sólo la permanencia en el sector privado de consultas a título de “profesionales liberales de la salud”. Tal “privilegio” quedó negado desde ese momento a las graduaciones de médicos y otros profesionales de la sanidad efectuados con posterioridad a 1959,- pues desde el inicio del actual sistema de gobierno se intervinieron las universidades privadas–, aduciendo para ello el carácter “gratuito” de la formación universitaria de los nuevos egresados.
El Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad de España, aporta la siguiente información, sobre el SNS:
Corresponde al Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad: La propuesta y ejecución de la política del Gobierno en materia de salud, de planificación y asistencia sanitaria y de consumo, así como el ejercicio de las competencias de la Administración General del Estado para asegurar a los ciudadanos el derecho a la protección de la salud. Asimismo le corresponde la propuesta y ejecución de la política del Gobierno en materia de cohesión e inclusión social, de familia, de protección del menor y de atención a las personas dependientes o con discapacidad y de igualdad, así como de lucha contra toda clase de discriminación y contra la violencia de género.(2)
La navegación mediante los diferentes niveles y capas de información de la Web oficial española permite acceder a toda la información disponible sobre el SNS, incluidas las partidas de gastos y presupuestos, costos, estadísticas de todos los niveles así como a las diferentes unidades del SNS, todo ello a nivel de la estructura estatal central y de las Comunidades Autónomas, incluida también la información sobre mutuas y sistemas de seguros de salud, de accidentes y lesiones, así como de entidades de medicina privada.
El actual SNS español data de 1986; aunque desde 1943 con la Seguridad Social, existía un sistema casi universal que en su expansión, (hacia finales de la década de los años 60’ del pasado siglo) poseía la mejor red de atención hospitalaria, previa al tránsito hacia la democracia.
En España coexisten diferentes fórmulas para la atención de salud a la población que abarcan desde los propios centros de la Seguridad Social, (centros de Atención Primaria, Hospitales Generales, Instituciones hospitalarias de Investigación Especializada), hasta centros atendidos por Empresas de Servicios Médicos (privadas) subcontratadas a tal efecto por la Seguridad Social, Hospitales y Clínicas privadas que ofertan directamente los servicios, así como una gran cantidad de centros de diferentes niveles de atención sanitaria al amparo de Empresas de Seguros o mutuales.
II- La Transparencia Informativa
a) Facilidad de acceso a la Información Pública:
La información en Cuba: Aún sin conocer las estructuras sistémicas de las entidades sociales a comparar, salta a la vista en la búsqueda de datos muy primarios, que el SNS de Cuba bloquea la información que se intenta localizar.
La búsqueda en Infomed no sólo requiere muchas veces de suscripción previa, sino que en cada área de búsqueda es imprescindible una nueva suscripción, para la que además suele requerirse ser miembro de alguna estructura del SNS.
Opera en muchas de las áreas consideradas “sensibles” por el Minsap como una página más propia de una entidad de contra inteligencia que de un servicio público, y en algunos casos (por la banalidad de los datos solicitados) llega a ser mucho más restrictiva que la propia página de la Agencia Central de Inteligencia americana (CIA)(3) desde la que pueden obtenerse los mismos datos de salud solicitados sin ningún tipo de restricción y de prácticamente todas las naciones del mundo, incluidos los Estados Unidos de América.
Cabría preguntarse entonces; ¿Para qué tanto secretismo?
La respuesta más simple sería que dado el tipo de gobierno que rige el destino de la población cubana; se bloquea la información por sistema, incluso la información intrascendente. Pero esa afirmación es cierta sólo en parte.
Recientemente saltó al espectro noticioso la información sobre un inusual artículo publicado en Cuba; concretamente en el Nº 39 (on line) de la Revista Cubana de Salud Pública y cuyo título “El silencio epidemiológico y la ética de la Salud Pública cubana”(4) plasma mediante la firma de su autor, el Dr. Luis Suárez Rosas de la Escuela Nacional de Salud Pública, la confirmación de una crisis epidemiológica negada por el gobierno de La Habana y que desde dos años atrás, estaba generando encarcelamientos a periodistas independientes por informar a la población sobre las epidemias en curso.
Las denuncias del ocultamiento de información sobre epidemias como el Dengue y el Cólera que debían ser informadas a los organismos de salud internacionales y activar el correspondiente Alerta Epidemiológico, tanto a nivel nacional como en el área geográfica de las Américas, sólo estaban llegando al mundo exterior –y alertando a la población nacional– a través de las pequeñas y perseguidas agencias de prensa independientes, y no por los canales oficiales que un estado –con el mínimo respeto a la salud de su población y a los vecinos del entorno– debió utilizar y no utilizó.
Otro episodio, que saltó tempranamente a la opinión pública nacional e internacional, obligó al complejo entramado secretista a hacer pública una noticia vergonzante para el SNS cubano;
Numerosos son los rubros de información que constantemente engrosan las listas de “clasificados” o que resultan poco menos que inaccesibles a la opinión pública; a los que solo se accede mediante la colaboración de especialistas calificados o periodistas de investigación, hurgando en intrincadas páginas especializadas de organismos internacionales a las que a regañadientes se les reporta y nunca con mucha presteza.
Las publicaciones estadísticas; por ejemplo el “Anuario Estadístico de Salud 2012” de la Dirección Nacional de Registros Médicos (La Habana, abril de 2013, 190 páginas) se obtuvo a través de la Web de otra entidad.
Nota del autor: Con posterioridad a la publicación de este articulo en 2014 ya están disponibles en formato descargable los datos de 2009 y hasta 2016. Mediante buscadores internos -escalonados- de Infomed la información hasta 1990.
El ocultamiento y manipulación de la información de manera general en el país y en particular en la Salud Pública, convierten el nivel de transparencia en algo inexistente.
Por tomar de ejemplo un caso ya clásico de desinformación a la población en cuanto al aspecto sanitario, retomemos las epidemias de poli neuropatía y neuritis óptica de inicios de la década de los años 90’ del pasado siglo.
Citando el trabajo del Dr. Ezequiel Hernández Almeida, (especialista de Primer Grado en Medicina Interna) al que tituló; “La epidemia de neuropatía cubana, un fenómeno re-emergente”: (inicio de cita) “La aparición de una epidemia es el resultado en primera instancia del efecto de una o varias causas inmediatas. Parafraseando al salubrista Rose: «Las epidemias son fenómenos complejos y multicausales, cuyas causas necesarias pueden atribuirse casi siempre a factores sociales )».
“En Cuba se han reportado dos epidemias de neuropatía: entre 1898 y 1900 y entre 1991 y hasta 1997 ; la segunda ha sido la mayor de ellas y una de las mayores de su tipo en el mundo, pero no resultaron hechos nuevos, ni desconocidos; los Síndromes Neuro-mielo-ópticos Tropicales han sido descritos hace muchos años y su presencia en otras zonas del Caribe y del mundo está bien documentada”.
“La perspectiva que adopta el abordaje general de una epidemia depende, en gran medida del concepto de salud que subyace al sistema sanitario. De acuerdo con los modelos no tradicionales el estado de salud de una población depende de: el modo y los estilos de vida, el ambiente, la biología y de la accesibilidad a los servicios de salud y siguiendo el modelo de Lalonde el factor determinante es, sin dudas la estructura socioeconómica existente en ese momento”. (Fin de cita)
Es evidente en cualquiera de ambos enfoques, que la epidemia de marras tuvo su origen en factores socio-económicos vinculados al recién iniciado “período especial en tiempos de paz”; que provocó un descenso brusco de los abastecimientos a la población, el incremento del esfuerzo físico al sustituir el transporte automotor por bicicletas, la aparición de nuevos alimentos (pastas de embutido y variedades de soja) no testados suficientemente y la caída en barrena de la ya muy relajada disciplina sanitaria en el almacenamiento embalaje y transporte de grandes cargas de alimentos.
Si a ello se le une la inveterada costumbre del ex Jefe de Estado y de Gobierno (omito el resto de los cargos del innombrable pues son muchos y andamos escasos de espacio para la publicación) de dar opiniones ¡inapelables! sobre lo divino y lo humano; concluiremos que con su definición pública que situaba las causas de la epidemia en los hábitos tóxicos de consumo de tabaco y alcohol, frenó los niveles de decisión y búsqueda de las causas por el Minsap y los investigadores correspondientes.
Solo cuando la extensión de la epidemia llegó a límites record y los organismos internacionales de salud mediaron en el asunto, se pudo encauzar correctamente el tratamiento clínico. Prueba fehaciente de Intrusismo Profesional del Jefe de Estado, por demás ya demostrado con anterioridad en numerosas áreas de la actividad económico-social (agricultura, ganadería, minería, pesca, finanzas, medio ambiente, educación y un eterno etcétera).
Al final, una comisión internacional de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) concluyó (no si antes poner en el colectivo de autores al Jefe de Estado cubano) que probablemente se habrían dado tres elementos en la aparición de la epidemia; hambre, abuso del esfuerzo físico y un factor tóxico por determinar en futuras investigaciones.
Muy pocas bibliotecas del SNS recibieron las conclusiones a manera de libro y por esas fechas 1994-1996 la población cubana, -médica incluida-, estaba más ocupada en la economía de supervivencia, lograr espacio en una balsa o ganar la lotería en el sorteo de visas americano.
De esa forma nos quedamos sin saber (con seguridad nunca lo investigaron) si las acusaciones que hicimos desde el partido opositor Solidaridad Democrática sobre el incumplimiento de normas técnicas en la transportación marítima a granel en los buques mercantes cubanos (como probable fuente de aportación del factor tóxico), eran o no fundadas.
Las informaciones obtenidas de varias fuentes, –que no se relacionaban entre sí– confirmaban que en los referidos buques se exportaban productos tóxicos con destino a uso agrícola y el control de plagas. Que casi siempre los productos procedían de la empresa estatal cubana Labiofam y que se aprovechaba la capacidad en bodega en el viaje de regreso para transportar soja y harina de trigo; sin que se cumplieran las normas internacionales de limpieza de las bodegas de las naves.
Los especialistas en toxicología que en su momento contactamos alegaban una probable transferencia indirecta de Talio (producto muy tóxico y con casi nula huella en análisis de laboratorio) como origen de la contaminación de las materias primas para productos de alimentación humana; que formó parte de la tríada causal y potenció los efectos negativos de la epidemia.
La información sobre sanidad en Cuba está pues en función de una imagen política, donde a todas luces se exageran los logros y se esconden los fracasos reales y hasta los imaginarios; existe pues una mediatización de la información por la política, que la deforma, la esconde o la somete a “silencios” y no es raro el Intrusismo Profesional de los políticos en la toma de decisiones técnicas –a veces perentorias- de la sanidad cubana.
La información en España: La nación española, a pesar de su complejidad social (Estado de las Autonomías, el uso de varias lenguas, los nacionalismos e incluso el flagelo terrorista, entre otras) se caracteriza por el acceso prácticamente ilimitado de su población a la Información en sentido general y a la Información Pública en lo particular.
Concretamente en lo referente a la información sobre el SNS español es posible obtener desde sus fundamentos legales con descargas de todo el cuerpo de leyes que lo sustenta (en presente y en pasado) hasta las listas de unidades del sistema, recursos humanos (no solo en estadísticas) e incluso los presupuestos por unidades del sistema y su ejecución, todo ello desde la página del organismo central y sus re-direcciones hasta las páginas de las correspondientes autonomías.
Existe además un factor que se encuentra ausente en Cuba, la presencia de una potente Sociedad Civil que fiscaliza constantemente todos los aspectos de la vida nacional.
La libertad de prensa y expresión, el acceso a la Red de redes, la posibilidad de interponer demandas, agruparse en asociaciones, acceder a los medios sociales garantizan que los “silencios epidemiológicos” o de cualquier otra índole en el SNS naufraguen antes de abandonar el puerto; ejemplos concretos hemos visto en los últimos 16 años por estas tierras.
Como ejemplo de esa transparencia y libertad –lleven o no la razón– las movilizaciones del personal médico y paramédico en contra de las reformas sanitarias en la Comunidad de Madrid.
Sin ser una sociedad perfecta se cumple la función de transparencia en la información pública; por la cantidad, diversidad, facilidad de acceso e inmediatez de la información necesaria para evaluar el sistema.
Pero; No todo lo que brilla es precisamente oro. Asistimos desde hace años a una excesiva mediatización del SNS (y en general de toda la actividad dependiente de los gobiernos; central o autonómicos) por la política. Cuando me refiero a “política”, – y es sólo mi criterio- estoy refiriéndome a posiciones partidistas a ultranza.
Ya se sabe que los consensos en política son difíciles pero hay campos de la actividad social que no admiten contracturas, y se requiere que los políticos –para la aplicación de políticas que afectan a todos–, se obliguen a sí mismos a consenso, aunque para ello se deban aplicar a sí mismos la medicina de la curia papal durante la elección de un nuevo pontífice.
III. Acceso a los servicios y calidad de la atención médico sanitaria
España es geográficamente cinco veces más grande que Cuba y tiene una población que se queda algo por debajo de esa proporción. Mientras que Cuba es el país más grande de Las Antillas (geográfica y demográficamente hablando) y comparte con España su relativamente baja densidad poblacional.
La nación española que ocupa el 5º lugar como país más poblado de La Unión Europea, es sin embargo el de menor densidad poblacional (93,5 Hab/Km2), mientras que Cuba siendo el de mayor población de Las Antillas Mayores, es el de menor densidad poblacional (100,01 Hab/ Km2).Según datos de 2011.
Ambas naciones se encuentran igualadas aproximadamente por el proceso de envejecimiento de la población y el descenso de la natalidad; lo que ha llevado a ambas en años recientes a la pérdida absoluta de población, es decir cuando la suma de los nacimientos es inferior a la suma de defunciones y emigración.
Estas “igualdades” con un país desarrollado han sido utilizadas de manera inapropiada por ciertos sectores profesionales de la promoción del SNS cubano, en diversas publicaciones, discursos, eventos etc., cuando en la práctica el proceso de envejecimiento (si no se acompaña de un correspondiente índice de fertilidad compensatorio), es estadísticamente hablando; una patología demográfica.
La reproducción de la población de un país constituye un elemento básico en la producción de bienes y creación de la Renta Nacional; difícil de percibir cuando hablamos de un país que como Cuba ha estado sumido en la inopia económica inducida, mientras su gobierno se las arregló para mantener la nación a partir de las subvenciones soviéticas, primero y venezolanas después.
Sólo casi 30 años después que desde el extinto Instituto de Desarrollo de la Salud de Cuba, un grupo -por entonces- de jóvenes científicos alertaban sobre la tendencia estadística al descenso de la fertilidad y las consecuencias negativas que dicha tendencia tendría para la población cubana, se han disparado las alarmas con una alerta tardía y difícilmente corregible. ¿De qué sirvieron las investigaciones de Crecimiento y Desarrollo de la Población Cubana, si sus principales alertas tempranas fueron desatendidas?
El caso español difiere por la base de la situación de envejecimiento cubana. Comparte la necesidad de crecimiento poblacional y las medidas tomadas por un gobierno tras otro, se dirigieron a favorecer la inmigración (fundamentalmente del área Iberoamericana por la cercanía cultural y sus innegables posibilidades de rápida integración social) y por otra parte a estimular económicamente el nacimiento de hijos.
Por otra parte la tasa de migración española es superior en 1,3 a la cubana, con una diferencia básica; la migración española reviste carácter temporal, pues se incrementa en épocas de crisis económicas y se revierte en épocas de auge; mientras que la cubana es estable sin reversión por dos factores fundamentales.
El primero: La crisis permanente de la economía que ha convertido los ingresos netos mensuales por el trabajo en Cuba en uno de los más bajos del mundo (salario mínimo de 225 pesos cubanos, algo menos de 10 dólares al cambio oficial). Nota de actualización: El timo del salario en Cuba.
El segundo: La práctica gubernamental de suprimir el derecho a residir en su país de origen a los nacionales cubanos que permanecieran durante un período superior a los 11 meses y un día en territorio extranjero, extendida según las últimas disposiciones a un período de 24 meses.
El salario mínimo español es de 641, 56 euros, es decir, un aproximado de 900 dólares americanos, aunque cabe destacar que es un salario calculado por empleos de 40 horas semanales – sin tener en cuenta los trabajadores de jornadas incompletas-, con alto indice de paro laboral y uno de los más bajos de la Unión Europea, a estas fechas (2014).
Acceso a los servicios y calidad de la atención
Mucho se ha especulado desde las entidades oficiales cubanas y sus representantes en organismos especializados internacionales sobre el libre acceso de la población a los servicios médicos y el carácter gratuito de ellos.
Suele decirse que esa, es una verdad; ¡que es mentira!
Es el caso que el Sistema nacional de salud cubano ha sido excesivamente promocionado a partir de los intereses políticos del gobierno de La Habana, que suele comparar el sistema sanitario de la isla con los mejores sistemas sanitarios del mundo. Pero la realidad es otra y a los datos objetivos nos remitimos.
Al margen de las estadísticas de indicadores seleccionados que se reportan a los organismos especializados de Naciones Unidas, la situación médico sanitaria del país viene empeorando perceptiblemente al menos desde los últimos 20 años.
Pondremos por ejemplo el Plan del Médico de Familia.
A inicios de la década de los 80’ del pasado siglo, la atención primaria de salud se aplicaba desde los Policlínicos Comunitarios, experiencia que se extendió a todo el país luego de sus resultados exitosos en la –por entonces- nueva comunidad de Alamar (nueva población construida al este de la capital y con una densidad de población superior a la media nacional).
Por esas fechas y debido fundamentalmente a la pérdida de la disciplina epidemiológica en el control de vectores, se desató una epidemia de Dengue Hemorrágico, recientes entrevistas de la prensa independientes a médicos en activo por aquellas fechas plantean, (fragmento de noticia de prensa):
“Otro galeno, este del municipio Arroyo Naranjo, comentó al respecto: “Viví la epidemia de 1981, cuando 186 personas murieron por dengue hemorrágico. En aquellos momentos la enfermedad no se conocía en Cuba y por eso cogió fuerza. Hoy no descarto que existan casos, pero no creo que sean del dengue que mata, para eso tendría que existir una cepa de la enfermedad y pienso que si fuera así ya nos tendrían a los médicos corriendo y realizando pesquisas y todo lo demás”.(6)
El artículo que cité en párrafos anteriores ( El silencio epidemiológico y la ética de la Salud Pública cubana) reporta hechos concretos que demuestran no ya un ‘silencio epidemiológico’ en relación a la opinión pública nacional, sino que, -y es nuestro criterio- en verdadero riesgo; informa e ilustra -con la pagina correspondiente de los organismos internacionales de salud- como el estado cubano, por ende el propio MINSAP que lo emplea como profesional, incumple la obligación de reportar enfermedades infecciosas que constituidas en epidemias, -como son los casos de Dengue-, azotan al país.
No en balde una parte importante del artículo se dedica a exponer con lujos de detalles la ‘batalla’ contra el dengue hemorrágico en 1981 que arrojó 344 203 casos de ellos 10 312 graves para un saldo de 158 fallecidos; 101 niños incluidos en la luctuosa cifra.
Al parecer -según se desprende de la casi nula argumentación al respecto- las viejas culpas que Castro distribuyó a bombos y platillos acusando a los Estados Unidos de haber aplicado una variante de guerra biológica contra Cuba, se hacen insostenibles en el tiempo.
Sin embargo tampoco se aborda cómo fue posible que con el alerta de 1977 -fecha en que se produjeron 447 440 casos de una epidemia de Dengue Seropositivo tipo 1-, no se organizara una verdadera campaña de control de vectores, -que unido al abandono de las viejas estructuras de controles datadas desde principios de siglo, cuando se logró erradicar la fiebre amarilla- y se esperó literalmente al desastre de 1981 para retomar los controles. Eso sí, a manera de ‘batalla’ con puestos de mando militares al mejor estilo fidelista.
Cuando no ya la epidemia de dengue; sino una verdadera pandemia, la séptima iniciada según las definiciones de los organismos globales de salud, el Cólera (OMS, Nota descriptiva Nº 107, julio de 2012); tuvo que esperar por las denuncias de fuentes de la prensa independiente, para que el estado cubano se viera obligado a reconocerla y reportarla internacionalmente.
Pues en teoría con la implantación del Plan de Médico y la Enfermera de Familia (después extendido al trabajador social de la familia y puede que hasta el policía de la familia) se suponía que todos estos episodios de afectación a la salud poblacional, quedarían resueltos.
Cuando se inició por “iniciativa del Comandante en Jefe” el Plan del Médico de Familia, lo que se estaba pidiendo desde los estudios especializados en Dirección y Administración de Salud, era una mayor formación de médicos para los Policlínicos Comunitarios, la modernización de las instalaciones hospitalarias del SNS, incluida la Industria Médico-Farmacéutica y recursos para potenciar los Servicios Comunales de agua potable, alcantarillado y colecta de desechos sólidos en las poblaciones cubanas.
¿Cuál es la situación actual?
El Médico de Familia prácticamente no existe, una gran cantidad de miles de médicos han sido destinados a trabajar en el extranjero en condiciones que son evaluadas internacionalmente como de “trabajo esclavo” pues perciben sólo entre el 5 al 8 % del salario que los estados contratantes pagan al gobierno de La Habana por concepto de trabajo de los galenos, mientras que un representante del Minsap en la misión les retira los pasaportes una vez en el país de destino para evitar las constantes deserciones.
Los hospitales a los que puede acceder la población se encuentran en pésimo estado de mantenimiento constructivo, con déficit de medicamentos y tecnología obsoleta, con una sobre saturación de estudiantes sanitarios fungiendo como profesionales (muchos de ellos extranjeros becarios de un sistema de salubridad que carece de recursos) y donde la calidad de los servicios generales de por sí baja se encuentra mediatizada por la corrupción que exige extraoficialmente pagos en moneda convertible para “agilizar” los servicios médicos.
Todo ello con un subsistema de primera categoría dedicado exclusivamente a prestar servicios a la clase dirigente, sus familiares y acólitos, así como hacer caja con servicios a turistas de salud extranjeros.
Ni se han eliminado sustancialmente las epidemias, pues todos los factores de riesgo siguen pendientes de solución, la calidad de la atención médico-sanitaria ha descendido notablemente y de forma sostenida en los últimos cinco lustros (aunque en las estadísticas “seleccionadas” se diga lo contrario); el propio Jefe de Estado necesitó el concurso de un especialista español en medio de una grave afección intestinal, en la que por cierto mostraban de vez en vez fotos trucadas del periódico Granma donde el innombrable aparecía sonriente, rejuvenecido y hasta en algunos casos con aspecto de físico-constructivista. Práctica que por cierto utilizaron también con Chávez cuando estaba en las últimas (o quizás ya fallecido).
El sistema se atención médico-sanitaria en España como hemos mencionado con anterioridad, se encuentra en fase de perfeccionamiento, fase que no sin contracturas e inquietud social, define el estado español en la página ya citada, de la siguiente forma:
“Las claves de la Reforma Sanitaria
Una Sanidad universal: La reforma apuesta de modo decidido por el principio de universalidad en la atención sanitaria. Esto significa que todos los españoles tienen derecho a la asistencia sanitaria, así como los extranjeros con residencia legal.
Una Sanidad gratuita: Con la reforma, el Gobierno cumple su compromiso de no introducir el copago en la asistencia sanitaria. No se va a cobrar por ningún tipo de actuación asistencial incluida en la Cartera Común Básica de Servicios.
Una Sanidad más justa: La reforma establece un sistema más justo, porque ahora se tendrán en cuenta la renta, la edad y el grado de enfermedad de los ciudadanos. Se protege, de modo especial, a los más débiles: los parados sin prestación, que por primera vez, no tendrán que pagar por los medicamentos. Los titulares de pensiones no contributivas y los de rentas mínimas de inserción también estarán exentos de pagar en la farmacia. Se unifican para todas las Comunidades Autónomas las aportaciones del usuario en las prestaciones orto protésica, dietoterápica y transporte sanitario no urgente.
Una Sanidad solidaria: La reforma es solidaria, pues aportan más los que más tienen y menos, o nada, los que menos tienen. Se mantiene la diferencia entre activos y pensionistas. También se mantienen las exenciones para enfermos crónicos, discapacitados y afectados por el Síndrome Tóxico. La aportación en farmacia deja de ser lineal. Se establecen tres tramos en función de la renta. Se pagará entre el 0 y el 60 por ciento. Para más del 90 por ciento de los pensionistas el límite de la aportación será de ocho euros al mes.
Una Sanidad sostenible: Con la reforma, se sientan las bases para garantizar la sostenibilidad futura de la sanidad. Contribuye a lograr el equilibrio presupuestario y permitirá, con medidas de eficiencia, un ahorro en el gasto sanitario público superior al 10 por ciento: más de 7.000 millones de euros. Todas las medidas están orientadas a mejorar el funcionamiento del sistema, apostar por el buen uso de los fármacos y mejorar la eficiencia donde hay margen.
Una Sanidad equitativa: La sanidad debe ser igual para todos los españoles. Se establece una Cartera Común Básica de Servicios, que garantizará que todos los ciudadanos reciban las mismas prestaciones sanitarias, con independencia de la comunidad autónoma en la que vivan. En la Cartera Común Básica de Servicios estarán incluidas todas las prestaciones de prevención, tratamiento y rehabilitación necesarias para hacer frente a las enfermedades.
Una Sanidad de calidad: La reforma preserva la calidad asistencial en todas las prestaciones. La Red de Agencias de Evaluación de Tecnologías y Prestaciones Sanitarias será la encargada de velar por la calidad de todas las técnicas y procedimientos incluidos en la Cartera Común Básica de Servicios lo sean. Esta red, formada por las agencias de evaluación de las distintas comunidades autónomas, funcionará de manera similar al prestigioso National Institute for Health and Clinical Excellence (NICE) británico, y actualizará la Cartera Común Básica de Servicios de manera constante.
Una Sanidad eficiente: La reforma persigue mejorar la eficiencia en todo el sistema. Para ello, se incorporarán aquellas tecnologías de calidad que sean necesarias. Por primera vez, los españoles dispondrán de una tarjeta sanitaria individual interoperable, que se podrá utilizar en cualquier lugar de nuestro país, lo que facilitará su asistencia. La historia clínica digital permitirá que los profesionales sanitarios tengan acceso, con garantías de privacidad, a los datos del paciente, aunque venga de otra Comunidad Autónoma. De esta manera se evitarán trabas burocráticas y también la repetición innecesaria de pruebas diagnósticas y de consultas. La receta electrónica se terminará de implantar en toda España, lo que completa la denominada e-Salud (aplicación de las nuevas tecnologías a la salud). Se centralizarán las compras de medicamentos, tecnología sanitaria y otros servicios para conseguir ahorros. Se adecuarán los envases de fármacos a la duración del tratamiento, para evitar que se desechen medicamentos de forma innecesaria. Se apostará por extender la utilización de medicamentos genéricos.
Una Sanidad eficaz: A la vez que se mejora la atención al paciente, se perfeccionará el funcionamiento del sistema. Se avanza en la integración de la sanidad y los servicios sociales. Los dos sistemas estarán interrelacionados y funcionarán de forma coordinada para aumentar la eficacia y mejorar la asistencia.
Una Sanidad profesional: En el marco de la reforma se reconoce a los profesionales como el mejor activo del sistema sanitario. Su formación y desarrollo son prioritarios. La reforma facilita la movilidad de médicos, enfermeros y otros profesionales sanitarios entre las distintas Comunidades Autónomas. Se regulan las Áreas de Capacitación Específica para hacer realidad las ‘super especialidades’. Se dará respuesta a demandas históricas de los profesionales, como la creación de un Registro Estatal de Profesionales Sanitarios, una herramienta que facilitará la planificación de las necesidades del sistema.”
Evidentemente, a diferencia de Cuba, los planes de perfeccionamiento de cualquier estructura social que proponga y apruebe cualquier gobierno en el poder, tendrá siempre la fiscalización de la Sociedad Civil, los Partidos en la Oposición y en última instancia el Voto Ciudadano. Es la diferencia entre vivir en libertad o sin ella.
Personalmente disfruto de los servicios del SNS español desde hace más de 15 años, cinco de mis siete nietos han nacido en suelo español recibidos al nacer por personal especializado y en confortables hospitales ¡municipales! que atienden a todos los ciudadanos. Otro tanto ha ocurrido con enfermedades, accidentes e incluso operaciones de urgencias de miembros de mi familia. Recibí las mejores atenciones y cuidados médicos en el Hospital 12 de Octubre de Madrid, (Centro de Referencia Nacional en Trasplantes de órganos) y puedo decir con toda sinceridad, que el SNS español, a pesar de sus imperfecciones ¡que las tiene!; dista mucho y para mejor de las condiciones del SNS cubano.
Lo que es una lástima; pues hay en Cuba un potencial humano en el personal de la salud que merece un mejor destino para sí y para el resto de la población.
Financiamiento y sostenibilidad
La comparación de financiamiento entre ambos SNS, es poco menos que imposible. Cuba reporta la utilización del 11,8 % del PIB en gastos de salud, mientras que España reporta el 9,7%, según datos de 2011.
De la misma forma que con una gran liberalidad el gobierno cubano reporta 5,9 camas hospitalarias por cada 1000 habitantes, mientras que España reporta 3,22 por cada 1000 habitantes. Solo que en este último caso se excluyen del reporte las camas hospitalarias del ejército y de una parte de la red privada de salud y en Cuba –nos consta- se contabilizaban como camas hospitalarias hasta las camas de enfermería de las Escuelas Secundarias Básicas en el Campo, que solo disfrutaban en horario diurno de una auxiliar de enfermería.
Un primer problema; Cuba es el único país del mundo que ha creado su propio sistema para el cálculo del PIB, al que denomina “Producto Interno Bruto Social” y en el que contabiliza al menos dos veces en algunos sectores el valor de la producción y los servicios. Si bien es cierto que con las “reformas” emprendidas a partir de 2011 por el “nuevo” Jefe de Estado y la necesidad de volver a “calificar” en el Índice de Desarrollo Humano de ONU, han vuelto a reportar PIB supuestamente por los cánones universalmente aceptados.(7)
Un segundo problema: Cuba no es miembro de los organismos internacionales de mayor relevancia financiera y de evaluación, tales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) o el Banco Mundial (BM) . Pertenece sin embargo a la Organización Mundial del Comercio (OMC) y es miembro del Consejo Económico y Social (ECOSOC), no obstante tiene numeroso Pactos sin ratificar.
Su sistema de financiamiento es totalmente centralizado y adopta constantemente poses de “paternalismo” hacia la población a la que no le reconoce realmente como fuente de los ingresos del estado (recomiendo volver al enlace de actualización referido en párrafos anteriores).
Los experimentos económicos actuales -no son con mucho los primeros en una dilatada forma de gobierno de más de 54 años– presumiblemente vuelven a trillar un camino demostradamente fracasado; no existen con estos cambios cosméticos garantías reales de sostenibilidad del sistema social y por extensión del SNS, incluso a los depauperados límites de hoy en día.
La bajísima productividad, la inseguridad jurídica, la falta de transparencia y de libertad económica, unido a la depauperación de la sociedad que se ha consolidado mayoritariamente como marginal –económica y socialmente hablando-; nos hacen aseverar que sin un cambio sustancial del Sistema Social sólo se avanzará hacia un híbrido de las peores cualidades de los dos sistemas socioeconómicos conocidos. Se avanza hacia un capitalismo de estado salvaje en lo económico mientras que se mantienen las faltas de libertades y represión de un sistema comunista doctrinario.
Mientras España, miembro de la Unión Europea; hace malabares económicos para intentar salir de la crisis financiera y mantener-perfeccionar su SNS de forma sostenible.
A pesar de las dificultades de la crisis actual española, la distancia que media entre ambas sociedades es abismal y de manipuladores sin escrúpulos tratar de comparar la crisis permanente de la nacion cubana, asumiendo posiciones de superioridad contra naciones que cuentan con un magnifico SNS.
En fin; los ataques al SNS español por parte de Cuba no son mas que simple propaganda política; efectiva solo en determinados sectores de populismo extremo e ignorancia supina de la realidad sanitaria de ambas naciones.
Muy lejanos los tiempos en que -a principios de la octava década del siglo XX- numerosos profesionales españoles se graduaron como especialistas de Dirección y Organización Salud Publica a través de la Maestría en Salud Publica del extinto Instituto de Desarrollo de la Salud; cuando una selección de prestigiosos salubristas cubanos, asesoro la implantación del sistema de regionalizacion de los servicios entre policlinicos comunitarios y hospitales, al por entonces gobierno socialdemócrata de Felipe Gonzalez. Es decir el actual Sistema Nacional de Salud español, que por supuesto se ha ido adaptando a las nuevas épocas y al desarrollo tecnológico. También para la Salud Publica se necesita disfrutar de libertad y de ausencia de intrusismo profesional por parte de la clase política, en especial de la totalitaria.
Bibliografía:
1- Sistema Nacional de Salud Cuba
2- Sistema Nacional de Salud España
4- Articulo: En torno al silencio epidemiologico y la ética de la Salud Publica cubana
5-Una pagina de horror en la Salud Publica cubana
Datos del Autor:
Miguel A. García Puñales: Fue profesor de la enseñanza post-graduada de medicina; en las Residencias Médicas de Administración y Dirección de la Salud, Bio-estadísticas y la Maestría Internacional en Administración y Dirección de Salud Pública. Coordinador Nacional de la Residencia de Administración y Dirección de Salud y la Maestría Internacional en Dirección y Administración de Salud. Profesor de la Facultad de Salud Pública del Instituto Superior de Ciencias Médicas de La Habana. Profesor de postgrado en la asignatura Metodología de la Investigación Científica y jefe de tema de investigación sobre Calidad de los Servicios de Salud en la Facultad de Ciencias Médicas “Enrique Cabrera”
Fue jefe del Departamento Docente del Instituto de Desarrollo de la Salud (Investigaciones); Vice Director Docente en el complejo hospitalario Hospital General Nacional “Enrique Cabrera” y Hospital Pediátrico–Cardiocentro “William Soler”.
Jefe del Departamento Nacional de Desarrollo de la Información Científico Médica, del Centro Nacional de Información y Documentación de Ciencias Médicas (CNICM); Asesor Temporero de la Organización Panamericana de Salud (OPS) con estancias de trabajo en Venezuela, Brasil y Perú. Participaba como Delegado Plenipotenciario por la parte cubana en las reuniones de los SNS para los países miembros del extinto CAME, en el tema Información Científica.
Ejerció como Sociólogo Clínico, atendiendo portadores de VIH-SIDA con diagnóstico sociopatico en un Sanatorio de Internamiento para este tipo de paciente. Autor del libro inédito; “Nazareno Viejo: las memorias del SIDA en Cuba”.